Athena ... (Nadine)

por **Blake Delprat** Mar Nov 02, 2010 12:51 am

El mundo suele irse al caño cuando no queda nada y cuando queda mucho. Sigo mis pasos en un camino incierto deambulando entre los pasillos de ese centro, perdido entre el frío y la incertidumbre. Cuando el alcohol es tu sangre y tu motor de búsqueda. No queda NADA. Solo música. Las drogas no pueden cambiar mi condición, no pueden cambiar mi olvido. No he olvidado su aroma y aun sigo embriagado de ella, pero está lejos en un mundo que no entiendo, en un mundo que me enloquece, quiero no tener recuerdos quiero borrar mi memoria como si fuera una hoja en blanco.

Extraño a Athena mi única compañera, fiel de todas mis emociones, mi única amiga fiel y amante, que arranca con sus notas todas mis pasiones. Entré a la sala de música, no había nadie. Hoy no quería lidiar con demonios suficiente tenía con mis pecados. Busqué entre los instrumentos mi amada Athena, le sacudí el polvo. Tomé asiento en algún lugar, desenfunde a Athena con delicadeza, como si fuera un tesoro. Mi querida guitarra negra. Y empecé a tocar.

por **Dagmar Biermann** Mar Nov 02, 2010 1:15 am

¿Cuanto puede costar volver a salirse de el dormitorio a media noche? Nada, no costaba cuando una chica se sentía fastidiada de aquel cuarto que ya se sabia hasta el número de lineas que estaban trazadas en la pared. Ella era demasiado observadora, demasiado curiosa en ese tipo de cosas, le gustaba aprenderse los lugares ya fueran agradables o desagradables, para saber si en algún futuro soportaría llegar a estar en algo así. Prontó se encontraba caminando por los pasillos del sanatorio, ya se sabia las rutas, la noche anterior había visitado aquella sala amplia de música, nadie la había escuchado para su fortuna, nadie había interrumpido aquel encuentro que podía hacerla olvidar todo su pasado, todo su momento de dolor. Aquel lugar era amplio tanto que muchos instrumentos se encontraban regados y aún se podrían recolectar más y traerlos.

La chica se sentó al final del lugar, en una esquina, con Anne, su muñeca a un lado, en completo silencio, el sólo hecho de encontrarse ahí le daba paz. Pronto se quedo dormida, pero no había pasado mucho tiempo cuando el sonido de una guitarra la despertó de aquella pesadilla. Sintió alivio y se levanto tomandole la pequeña manita a Anne, se acercó al chico que no se había percatado de su presencia colocandose a un lado - Que bello tocas - Dijo de manera seria mientras avanzaba con paso firme y elegante hasta el piano que se encontraba a un lado de él. La chica se acomodó en este, dejo acomodada a su bella muñeca a un lado y de manera torpe en un principio siguio la pista de su acompañante, esta le sonrió y después toco a su par como si se supiera la canción - La guitarra es bella, y su sonido maravilloso, ayer pude tocarla mientras nadie me escuchaba - La chica confesó sin sacar los dedos de aquel hermoso piano.

por **Blake Delprat** Mar Nov 02, 2010 2:42 am

No me había dado cuenta que alguien se había metido a esta sala, me sentí observado y malhumorado, pero seguí tocando a Athena. Observé a la chica y le sonreí amablemente, porque a pesar de todo lo que me haya pasado la educación venía conmigo. ¿Qué tenía en la mano? Levanté una ceja, no por favor otra loca no, pensé mirándola mientras por inercia seguía tocando a mi amada guitarra.
-Gracias –murmuré, luego miré a la muñeca, seguí tocando y ella se sentó en el piano con la muñeca, sentí un escalofrío que me recorrió el cuerpo, siguió con sus notas tocando junto conmigo y Athena, no lo hacía más, pero aquello me hacía recordar cosas que no quería, bufé y me detuve para encender un cigarro, al menos nos dejaban tener nuestros cigarros en este lugar- ¿Perdón? –pregunté intrigado echando una bocanada de humo, ¿había dicho que había tocado a MI ATHENA?... joder, esto era el colmo, gruñí y observé a mi guitarra esperando que no se haya dañado- Disculpa no entendí lo que dijiste, ¿qué tocaste ayer?

por **Dagmar Biermann** Mar Nov 02, 2010 3:00 pm

Anne era el nombre de la muñeca a la que Nadine había comprado el primer día en que habíasido entregada con sus padres después del secuestro, la pequeña muñeca había sido a la que abrazo por primera vez. Ni siquiera a sus padres ya que al ser secuestrada siempre soño con volver y comprar esa muñeca, con el tiempo se volvió su complice y mejor amiga ya que la muñeca por obvias razones no la juzgaba, no la ignoraba, sólo le hacía compañia. Con el tiempo aquella muñeca formo parte de su vida diaria por lo cual hasta a este lugar la trajo. Pero esta vez la dejo a un lado, la olvidaría por completo para centrarce en el chico de la guitarra negra. Pudo notar un brillo en sus ojos al tenerla en sus manos, ella sonreí complacida al notar aquella y después sintió cierta incomodidad al notar la reacción del joven con él tema de la guitarra.

Dejo de mover los dedos por encima del piano y se levanto desarrugando su ropa, mirando directamente a los ojos al chico con aire de despreocupada - Ayer en la noche, la sala estaba vacia, esa guitarra me llamo por completo, la tome entre mis manos y la comence a tocar por casi una hora, tiene un buen sonido, esta perfectamente afinada, y aunque puede que no sea la mejor, toca como las mejores - La chica sonrió y comenzó a caminar hasta llegar a gran ventana, en ella podía verse con claridad el cielo despejado y la luna llena bañando los jardines con su luz.

por **Blake Delprat** Miér Nov 03, 2010 12:21 am

Mis cejas se unieron con desagrado al escuchar decir eso.
-¿Porqué la agarraste si no te pertenece?... No vuelvas a tocarla... –me puse de pie y agarré a mi hermosa guitarra poniéndola en su cuja, hay algo que sé muy bien, nunca hagas lo que no te gustaría que te hagan- ¿Qué pasaría si alguien te agarra ese juguete? –le dije señalando a la muñeca que tenía sobre el piano, pensé en reportarlo porque odiaba que tocaran mi guitarra, lo odiaba de sobremanera, mucho más que una extraña lo hiciera sin mi consentimiento, pude observar su silueta de su espalda pero no me importó desee agarrar su muñeca y quitarle su ropa tocarla y volverla a vestir, a ver si de esa manera le gustaría a esa maldita, necesitaba controlarme, gruñí en voz baja y me quedé mirando a mi guitarra nuevamente-.

por **Dagmar Biermann** Miér Nov 03, 2010 3:20 am

Los ojos de la chica giraron un poco haciéndola verse fastiada por la actitud del chico, Nadine podía cambiar de estado de ánimo rápidamente, o hablarle bien y después intentar golpearlo pero en ese momento se encontraba completamente tranquila. Se encogió de hombros cuando este quiso tocar a Anne, no le molestaba que alguien lo hiciera, la muñeca no decía nada, ella era de las creyentes en que si alguien se quejaba de algo era por que debían parar pero la muñeca no se quejaba era complaciente – Tal vez ella quiera jugar contigo – Sonrió para él de manera sínica y siguió observando la ventana con calma. – No me importa que sea tuya o sea del director, al entrar aquí nadie me prohibió tocar algún instrumento por qué fuera de alguien – Le dedico una risita burlona y comenzó a caminar alrededor de él, alrededor de la guitarra, queriéndola tomar de nuevo entre sus manos.

Ella no sabía que la guitarra tuviera dueño, ¿Por qué tendría que limitarse en un lugar así? Restricciones cuando más restringido estas, vaya tontería. – No me digas que hacer, si quiero tocarla vendré de noche sin que te des cuenta – De pronto Nadine parecía estar más descarada que de costumbre, pero fue cuando recordó sus reacciones cuando aquella cámara le era arrebatada de sus manos. Al entrar al sanatorio había hecho un revuelco terrible cuando le dijeron que se la quitarían, lloró, imploró y después de mucho tiempo no había sentido esa pesadez, ese dolor de cuanto te quitaran algo tan especial, fue ahí cuando se sintió identificada con el joven, caminó a su lado, paso por la guitarra sin ni siquiera observarla y volvió a su esquina, la del inicio, dejando a Anne en el piano. – No volveré a tocarla – Recargó la cabeza contra la pared y cerró los ojos.

por **Blake Delprat** Miér Nov 03, 2010 6:36 pm

Era mejor irme, sino me sacaría de quicio y le rompería la boca a esa mujer que me estaba sacando de mis cabales, hoy no estaba de buen humor, no podía perder el control, era alguien educado y tolerante hasta cierto punto, pero hoy tenía quebrado los miércoles. Tenía que ir a la dirección y pedir dos cosas, un cambio de habitación y permiso para tener más tiempo a Athena, si no se podía, tendría que usar mi maldita influencia, y mi maldito dinero, estaba cansado de todas esas mujeres cambiantes, que les den un palo, ya estaba harto ¿no habían mujeres normales? Mujeres que les gusten las drogas el alcohol y que en cualquier momento te puedan decir un poema. Sonreí de forma sarcástica y poco amable.
-¿Quién dijo que yo iba a jugar con ese juguete? ¿Acaso tengo tres años? –Ah si no te importa, tampoco te importará que… no puedo rebajarme, no puedo ofenderme, pensé para tranquilizarme, me lleva la mierda… apreté los puños.- ¿Pues no sabes leer? Ahí hay un letrero que dice claramente no tocar los objetos de los demás…- le señalé el letrero y lo qué me sorprendió es como lo haya sacado del gabinete en donde estaba guardado. Cerré la guitarra y me la coloqué en la espalda. Pensé que tal vez quería jugar con mi cabeza, como solían hacer todos aquí, pero eso no lo permitiría.- Si… si… -dije con fastidio adelantándome hacia la salida con todo y la guitarra- Nunca más la tocarás porque no se quedará aquí… adiós…

Me di media vuelta y salí de la sala con todo y guitarra, no estaba de humor para lidiar con mujeres hormonales y mucho menos con locas que solo veían a mi pobre y fiel Athena como un objeto. Estaba decidido hacer algo, ir hablar con el director. Así que directo me perdí en los pasillos.

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