Equus & Homo ~Libre~

por **Samuels B. Wells** Sáb Oct 30, 2010 4:30 pm

~~A veces los monstruos no sólo habitan bajo la cama.~~ Pensé una y otra vez mientras bajaba lentamente cada escalón de la planta de los dormitorios. Me habían ingresado a la clínica un par de días antes pero me había negado a salir de las habitación y más si era de día. El día no se hizo para los monstruos. Prefería la noche, además los cambios de luz no lastimarían mis ojos con párpados irritados. No tenía idea de que hora era sin embargo estaba casi seguro que era tarde puesto que los pasillos estaban vacíos. Uno que otro grito lejano interrumpían la pulcritud del silencio.

Era dificil dudar del lugar en el que estaba. Un manicomio. No me hacía gracia pero quizás los abogados me habían hecho un favor. Mi mano siniestra azotaba lentamente la tapilla del reloj de bolsillo, sujeto a mi pantalón por una cadena pequeña y larga de plata. Cuando me dí cuenta estaba a las afueras del gran coloso amurallado. Sonreí como niño pequeño disfrutando del fresco aire que agitaba la capucha de mi rompe vientos negra. Me quedé parado un par de minutos. Observando a lo lejos una pequeña construcción (comparada con el coloso), no lo dude mucho y caminé hacía allá hipnotizado por los relinchidos cercanos. Los caballos me gustaban desde que era pequeño y pude montar uno. Mi abuelo John me había regalo un par en mi cumpleaños numero 8. Hice uso de mi poca fuerza (no porque realmente fuese poca pero mis quemaduras me impedian hacer demasiado esfuerzo) y abrí las puertas que cerraban mi paso.

Los caballos comenzaron a relinchar nerviosamente y yo sólo me acerqué hasta que se calmaron un poco. Mi presencia les incomodaba, estaba casi seguro. Mis manos se aproximaron lentamente al más cercano y comencé a acariciarle detrás de las orejas, éso los calmaba. -Tranquilo, yo no te haría daño...no a tí...- comenté sin dejar de tocarle las orejas y el lomo.

por **Layla Andersen** Sáb Oct 30, 2010 4:48 pm

Echaba de menos mi casa. Ese era el pensamiento que llevaba teniendo todo el día, y el cual no me podía quitar de la cabeza. Echaba de menos a mi hermana, a mi familia, y mi libertad.
Lo único que se asemejaba a mi "antigua vida" en este...lugar, era la presencia de los caballos.
Había dejado el mío a cargo de mi familia, pero lo echaba tanto de menos que todo mi cuerpo se resentía al pensar en él, en la sensación de velocidad que tenía cuando corría por el desierto...
Olvidarlo, era lo que tenía que hacer. Me dirigí hacia los establos, pensando que el contacto de los animales haría que me tranquilizase, pero cuando abrí las pesadas puertas para entrar, vi que ya había alguien más allí, acariciando a un bello ejemplar...

por **Elle Lavey** Sáb Oct 30, 2010 5:03 pm

Y se va el pequeño Beta caminando entre la nieve, alfombrilla de escarcha que dejan las estrellas. Te quedas aquí entre mis brazos envuelto entre mantas bordadas, son un manto refugio de tus sueños bigotes de Dalí, duerme mientras tu madre camina. Sed. Los días pasan y sigo aquí con esta ropa que no me gusta, vestidos largos y sin zapatos, no hay zapatillas de cristal en el infierno y los ángeles se burlan de mis marmóreos pies que se vuelven purpúreos. Mi cabello negro bien peinado se contrasta con mi ropa, tengo sujetado mi cabello con dos pendientes brillantes. Las voces llaman y sigo las voces. Ahí está aquella sangre tibia que puede calentar mi cuerpo, déjame que su tintura me abrace Beta y tu solo cierra los ojos, prometo traerte una estrella. Aparezco como un espejismo en ese establo haciendo rechinar la puerta, con un vestido blanco hasta después de las rodillas y un saco grueso de piel fina de color gris que llega casi a lo tobillos. En los brazos tengo envuelto un bebé, Beta, que duerme tranquilo. Los ojos cetrinos de mi mirada se filtran en los presentes, no los conozco, calla Beta no llores, que solo son espejismos solo tenemos sed.

por **Samuels B. Wells** Sáb Oct 30, 2010 5:10 pm

Los caballos se volvieron a agitar al escuchar el sonido fuerte que hacían las puertas al abrirse. Gruñí ligeramente por la interrupción ante la conexión que acababa de establecer con el caballo. Por inercía oculté el rostro dentro de la capucha del rompevientos. Bajé lentamente las manos del caballo para no asustarlo demás y me quedé inmóvil. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Correr? La gente sólo sabe hacer dos cosas: dañar y dañar. Éso me había quedado muy claro hacía tiempo y prueba de ello eran mis cicatrices.

~~Estaba en la naturaleza del ser humano dañar.~~ Pensé mientras guardaba las manos dentro de mi pantalón. Gruñí nuevamente y ésta vez fue por el dolor que sentía al rozarme con la tela de mis bolsillos y la poca piel que cubria mi carne aún dañada. Poco a poco sin querer dar el rostro, viendo fijamente el suelo arenoso del establo, me fui haciendo hacia atrás. Al fondo del establo se encontraban las pacas de heno fresco y era el lugar más oscuro. Cuando las sombras me cubrieron mis ojos cetrinos alcanzaron a ver a una nueva mujer. Parecia un alma en pena con aquél vestido blanco y algo sujeto entre sus brazos. No hice ruido, prefería esconderme como una pequeña rata refugiada entre el heno y la cobertura de las sombras.

por **Layla Andersen** Dom Oct 31, 2010 4:38 am

Sentí la presencia de alguien a mi espalda, y me giré lentamente para observar de quien se trataba. Era una mujer. Una mujer pálida con la cara muy seria, incluso parecía asustada. Estaba parada y sujetaba algo entre sus manos. Volví a girar la cabeza para observar la reacción de la otra persona ante la llegada de "las dos extrañas", pero de repente esa persona ya no estaba.
¿Me estaré volviendo loca de verdad? pensé para mis adentros. Ahora veía fantasmas también...
-¿Hola?-pregunté para cercionarme de que había alguien-¿Hay alguien aquí dentro?
Presté atención intentando escuchar cualquier indicio de la presencia de alguien.

por **Elle Lavey** Lun Nov 01, 2010 2:05 am

Las sombras se difuminan en las sombras y el relinchar de los equinos hace que todo se distorsione. –shhh- susurro caminando sobre la tierra helada. Hay alguien más. Mis ojos se posan un momento en la mujer y luego hacia las sombras. Beta sigue callado, no le asustan los caballos y está acostumbrado a ellos. Está ahí entre las sombras. Es una sombra, es la noche que se refleja en voces…-shhh- mis pasos se adelantan a uno de los caballos y toco su morro, es frío, su pelaje. -Shhh- Cierro los ojos y dejo a Beta en el suelo, parece un bebé envuelto en una manta, un bebé con unos bigotes pintados de Dalí, pero no se ve, solo está cubierto de una manta gruesa. Tranquilizo al caballo. Y de mi saco de piel saco una carta, mis ojos se quedan mirando esa carta, perdida, el caballo se calma y los demás también.

por **Samuels B. Wells** Lun Nov 01, 2010 10:06 pm

Los caballos comenzaron a alterarse. ~~Los entiendo, los humanos no somos de fiar.~~ Me mantuve casi inmóvil en mi mismo lugar, observando a las dos jovenes. Me daba curiosidad lo que la última dejaba en el suelo. ¿Eso era un bebe? No...no creo. O quién sabe, en éste lugar de locos ya no se sabe a ciencia cierta nada.

No contesté a las preguntas de la primera dama, yo no podía considerarme siquiera un "alguien", sólo soy un mounstruo. La chica fantasmal tenía extraños poderes, podía verme estaba casi seguro pero prefería que no lo hiciera. Me comenzaba a incomodar, yo sólo quería estar con los caballos. ~~Ellos si son de fiar.~~ Mi mirada se quedó fija sobre lo que "el fantasma" sacaba de su saco de piel, no alcanzaba a ver que eran pero me llamaban la atención.

por **Layla Andersen** Mar Nov 02, 2010 8:54 am

Nadie contesta a mi pregunta, aunque estoy segura de que hay alguien, por lo que vuelvo mi vista de nuevo a la extraña mujer que seguro está allí... Deja en el suelo "algo" envuelto en una manta, con sumo cuidado, y a continuación saca unos papeles del bolso. Se queda mirándolos fijamente, tanto que me preocupa. Me acerco acariciando a un caballo que me responde con un resoplo y se tranquiliza con mi contacto, y miró a la mujer.
-Hola...-le hablo suave, como un susurro para no asustarla- ¿Te encuentras bien?

por **Elle Lavey** Jue Nov 04, 2010 1:31 am

La carta dice mucho de lo que puedo encontrar y mis ojos cristalinos se posan sobre la mujer, recojo a Beta que se le cae la capucha de la manta y se puede ver su peluca rojiza y su carita fina con unos bigotes rojos pintados al estilo Dalí. Mis labios se curvan con una sonrisa.
-La noche se esconde entre las sombras y puede desmesuradamente salir en busca del calor del fuego, no se encuentra, no encuentra, solo pisa los pasos de la oscuridad, se ofusca como todos los demonios… aunque no es seguro que sea un demonio, tal vez es un ángel que cayó ayer…

Me adelanto y mis pasos se borran como mi silueta, salgo por la puerta del establo y me desaparezco en la tarde.

por **Samuels B. Wells** Jue Nov 04, 2010 1:39 am

La primera joven al parecer no me ve y tampoco parece preocuparle si estoy o no, eso es mejor. También está observante del fantasma, ¿Tendrá miedo? Mi mirada atónita observó los movimientos del fantasma, unos movimientos felinos que incitaban al deseo. No pude ver que era lo que escondía entre la manta pero supuse que era un muñeco, los bebes suelen llorar si se les coloca fuera del regazo. Cuando el fantasma nos dejó continue merodeando desde las sombras, caminé entre ellas y le rodeé lentamente avanzando entre los caballos que servían para cubrirme. -¿Te gustan los caballos?- pregunté timidamente, quizás no me respondería, quizás si. Me quedé a la espera y paré mi andar mientras acariciaba a un potro negro.

por **Layla Andersen** Jue Nov 04, 2010 9:35 am

La chica de blanco no contestó a mi pregunta. En su lugar destapo el pequeño bulto que llevaba, descubriendo que no era un bebé, y comenzó a hablar. Sus palabras me dejaron con una extraña sensación... ¿Qué había querido decir? ¿Era simplemente decir por decir o llevaba algo detrás? Seguidamente la mujer desapareció sigilosa, como una sombra, por donde había venido...
Me quedé en mi sitio sin saber que hacer. Tenía curiosidad por saber quien era aquel extraño personaje.
Una voz sonó en la estancia. Me preguntó si me gustaban los caballos... Me giré para ver quien había sido, pero no se percibía bien. Simplemente notaba la presencia de alguien escondido entre las sombras, el cual supuse era al que había visto yo al llegar. Contesté acercándome poco a poco al lugar de donde venía la voz, mientras acariciaba a los caballos:
-Me encantan... Son el reflejo de lo que las personas eramos antes... fieles, leales, inocentes... ¿No crees?

por **Samuels B. Wells** Jue Nov 04, 2010 1:35 pm

Escuché la significación que era para ella los caballos, era similar o parecida para mí. Sin embargo yo no pensaba que las personas habíamos sido alguna vez así, eramos ratas asquerosas llenas de maldad y que sólo profanabamos la tierra con ésta misma. Omití mí comentario por miedo de ofenderle. Me encogí de hombros y seguí acariciando de manera lenta al caballo. -No puedo comparar a un caballo con un humano...- fue todo lo que me atreví a contestar.

-¿Quién eres?- pregunté con curiosidad y me asomé timidamente entre el caballo y las sombras, dejando verme un poco pero jamás viendole fijamente por pena.

por **Layla Andersen** Jue Nov 04, 2010 2:46 pm

Sopesé su punto de vista... Efectivamente podía tener razón. Sería injusto para los animales si comparásemos nuestra raza con ellos...
En ese momento, me preguntó que quién era, mientras se asomaba ligeramente, haciéndose un poco más visible. Acerté a ver a la figura, cubierta con una especie de gorro, y un cuerpo fuerte y atlético, bastantes centímetros por encima de lo que podía medir yo...
-Supongo que te refieres a mi nombre- le contesté acercándome un poco más, pero no demasiado para no echarle atrás- Me llamo Layla... Llevo aquí internada poco tiempo...
Entrecerré un poco más los ojos para verle mejor, pero no podía aún percibirle bien.
-¿Y tú?- añadí- ¿Cómo te llamas?
No pude extender la mano para presentarme, ya que no tenía claro si el extraño chico quería dejarse ver...

por **Samuels B. Wells** Jue Nov 04, 2010 3:58 pm

Layla era su nombre, un nombre que jamás había oido. Me quedé pensativo, no sabía si decirle o no. Finalmente terminé diciendo -Samuels...- me evité el mucho gusto puesto que realmente yo no sentía ése tipo de cosas. Dejé de esconderme de detrás del cabello negro pero no me acerqué más a ella. Cuando observé que se aproximaba me quedé helado, odiaba que se me acercaran, por qué las personas tenían ésa costumbre...jamás lo entendería.

-Yo tampoco tengo mucho tiempo de haber llegado acá...- y me parecía una eternidad en las paredes de un infierno mucho peor que el de Dante. Los caballos ya no estaban nerviosos, al parecer se habían acostumbrado a las personas o quizás no tenían una mejor opción.

por **Layla Andersen** Jue Nov 04, 2010 4:12 pm

Me dijo su nombre, Samuels. Pero no añadió nada más. Simplemente que él tampoco llevaba mucho tiempo aquí.
Como noté que no le agradaba que me siguiese aproximando, decidí quedarme donde estaba y seguir acariciando al caballo, que cada vez se movía menos, dándome a entender que se estaba durmiendo... Con que facilidad lo hacía.
Por fin, salió Samuels de las sombras, y pude ver, como había creido hacerlo, que estaba completamente cubierto. La razón no la sabía, solo podía suponer que era parte del porqué estaba en el castillo. Me entró curiosidad:
-¿Por qué estás aquí Samuels?-inquirí, añadiendo rápidamente- No tienes que contestar si no quieres... Ya sé que no es asunto mío.

por **Samuels B. Wells** Jue Nov 04, 2010 4:22 pm

Escuché su pregunta y me quedé pensativo. Suponía que tenía que acostumbrarme a ése tipo de preguntas. Pero, ¿Ellos se acostumbrarían a saber la respuesta? -Supongo que tengo un problema como cada persona que habita éste sitio...- era una manera diplomatica de decirle que no le incumbía mi problema. -¿Tú estás por la misma razón, no?- hablé de manera pausada, con un tono grabe y varonil. Gracias a Dios era lo único "lindo" que me quedaba después de incidente.

Dejé de estar al lado del potro negro y comencé a caminar por el establo. El lugar olía a heno fresco, estaba acostumbrado a ése olor porque mi abuelo tenía un rancho y me la pasaba la mayor parte de tiempo. -¿De dónde vienes?- pregunté dandole la espalda y sentandome en una paca de heno.

por **Layla Andersen** Jue Nov 04, 2010 4:39 pm

No me contestó su diagnóstico. Simplemente me dijo que tenía un problema, como todos los de aquí... Como yo misma. Me suponía que le había molestado la pregunta, pero aún así me hablo tranquilo y pausadamente. A mi la primera vez que me lo preguntaron también me molestó, pero la reiteración de éstas hizo que me acostumbrase. Asentí la cabeza dándole a entender que yo también estaba aquí por un problema.
Samuels comenzó a andar por el establo, y se sentó dándome la espalda. No me molestó, lo respetaba. Yo seguí acariciando al caballo, ya dormido, para contestarle a la pregunta de que de dónde venía. Suspiré:
-Vengo de Kem -dije utilizando la denominación antigua del país-, de la tierra de fuego, del desierto... de Egipto.
Volví a suspirar:
-Y lo echo de menos... ¿Tú de donde vienes?

por **Samuels B. Wells** Jue Nov 04, 2010 5:25 pm

-¿Kem?- pregunté curioso, jamás había escuchado que un lugar tuviese ése nombre. Sonreí y me quedé observando el suelo arenoso del establo. Egipto, ciudad del fuego, intenté sonreir con fracaso. -Interesante lugar...- comenté y me giré sin dejar mi asiento en la paca de heno. -De un lugar más cercano, Boston, Massachusetts, U.S.A...- contesté tratando de ser amable. Creo que yo también echaba de menos mi hogar pero ya nada quedaba de éste y todo por mi culpa.

Me quedé viendo el piso de manera melancólica. Los viejos recuerdos aún me atormentaban, me sentía miserable por haber hecho añicos mi hogar, el hogar de mis padres. La venganza no me había salido tal cual la había planeado. Sentía odio por ésa mujer y en cuanto estuviera suelto me las pagaría y ésta vez tendría un mejor plan.

por **Layla Andersen** Vie Nov 05, 2010 12:06 pm

Observé como el muchacho reflexionaba. Suponía que, al igual que yo, echaría de menos su antigua vida.
- Nunca he estado en Boston...-comenté retorciéndome el pelo entre los dedos, pensativa- Supongo que es muy diferente de donde vengo yo...
No podía imaginarme una vida normal sin tener la oportunidad de pasear por el desierto si me apetecía, de tumbarme en la arena y ver el sol reflejado en cada pequeña cosa que pasase por allí en ese momento...

por **Samuels B. Wells** Vie Nov 05, 2010 8:03 pm

-No te pierdes de mucho, no es una ciudad con magia como las ciudades en Egipto...- comenté pausadamente, me puse en pie y le observé fijamente. Jamás había ido pero había visto películas de ése país y esperaba fuese así como lo mostraban. -Me gusta el desierto...- comenté casi entre susurros, me agradaba como se veía el color de la arena e imaginaba lo caliente que podía llegar a ser. -¿Por qué estás acá, allá en tú tierra no hay loqueros?- pregunté con curiosidad y esperé que no le molestara la pregunta.

por **Layla Andersen** Sáb Nov 06, 2010 12:44 pm

Se levantó y se quedó mirándome, de pie. Me preguntó el porqué de venir aquí y no quedarme en Egipto. Ni yo misma conocía la respuesta exacta. Solo sabía lo que me habían dicho y mis propias conclusiones:
- Bueno, fue una recomendación-le expliqué- Le dijeron a mis padres que este era el mejor sitio para "curarme"... Además-añadí- Supongo que no quieren que esté en un sitio cálido y brillante como es Egipto... Piensan que me curaré antes sin esas influencias. Por eso buscaron un sitio frío y... oscuro.
No sabía si me había explicado bien. Era confuso y en ocasiones ni yo misma me creía mi propio razonamiento. Pero no se me ocurría otra razón...

por **Samuels B. Wells** Sáb Nov 06, 2010 4:10 pm

Me quedé pensativo escuchando su respuesta. Sonaba lógico si es que ella tenía problemas con algo rojizo e interesante por lo cual yo también había tocado éste loquero. Mi mirada le examinó lentamente, pensando si ella tenía problemas o no con las flamas. -Entiendo...- terminé diciendo pero mentí, porque realmente no lo entendía hasta que ella no me confirmara lo que pensaba. -¿Qué fue lo que hiciste para estar acá?- cuestioné curioso y no le quité la mirada de encima, guardando las manos en los bolsillos de mi pantalón negro.

por **Layla Andersen** Sáb Nov 06, 2010 5:33 pm

Creía que había quedado claro que el porqué de estar en el sitio era una pregunta tabú, pero como a mi no me importaba contestar, le miré fijamente, y, esperando que no se asustase, le solté:
-No lo recuerdó con claridad, pero... Incendié un local- bajé la mirada, no sabía si avergonzada o por miedo a la reacción- Siempre me ha apasionado el fuego... y el calor, y todo lo relacionado con él desde que tengo memoria... Me trajeron aquí porque me diagnosticaron piromanía, aunque aún estoy en observación...Me di cuenta tarde de que había hablado demasiado rápido, soltando todo lo que llevaba guardado y que no había compartido con nadie más hasta entonces... Me sentí liberada...

por **Samuels B. Wells** Sáb Nov 06, 2010 7:27 pm

Un estremecimiento me llegó desde la base de mi espalda hasta mi cuello. Ella al parecer tenía el mismo "problema" que yo. Yo no creía que realmente fuese un problema, era una forma de sentir y vivir la vida desde otra perspectiva. -Entiendo...y en serio lo hago...- comenté viendole fijamente, por fin alguien que quizás me entendería. Ahora entendía porque la habían mandado a un lugar tan frío, como lo era el gran coloso en el que nos encontrabamos. -¿Alguna vez oiste hablar del arte poi?- pregunté un poco más fluido en la plática, su revelación fue como si hubiese roto la barrera que nos separaba.

por **Layla Andersen** Dom Nov 07, 2010 5:53 am

¿Me entendía? ¿Cómo podía hacerlo? Siempre me había dado la impresión de que, cuando la gente supiese sobre mi admiración y "obsesión" por el fuego me iban a creer un bicho raro... Un mosntruo. Pero al parecer con él no pasaba eso. De hecho, me dio la impresión de que se relajaba una vez conocido mi problema.
Seguidamente me preguntó por el "arte poi", algo que yo no había escuchado nunca. Giré la cabeza mirándole inquisitivamente:
-Pues la verdad es que no he oido hablar nunca de ello... ¿En qué consiste?

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