Sweet Autumn (Libre)
2 participantes
Página 1 de 1.
Sweet Autumn (Libre)
Las hojas tiradas por todas partes con colores anaranjados y cafés. Sin duda Otoño era mi estación favorita en todo el año. No podría ser otro. Primavera era mucho polen por todos lados...Me podría causar una alergia, aparte de que siempre me congelaba en esa estación...Verano, el sol caluroso y bochornoso, nada mal esa estación; lo único que me puede convencer de ella serían sus vacaciones. Invierno: ¡Frío! ¡Frío! ¡y más frio! ...Sí, otoño era la mejor estación.
En Kautokeino todas las estaciones parecían iguales. ¿O era ya que me volvía más loca? El frío era intenso y calaba hasta los huesos, aun usando gruesas chamarras que te prestaba el castillo.
Esa tarde hacía demasiado frío para quedarme arrumbada en mi habitación pensando en cosas que mejor no eran dignas de recordar...No debería de recordarlas y me lo querían dejar claro, pero era inevitable.
Decidí salir del castillo hacia el estanque para poder aclarar un poco mi mente y perder mis pensamientos en algo mejor.
Una cosa que no podía comprender era por qué a la gente con "problemas" las encierran en un lugar. ¿Para volverlas acaso más locas? No tenía sentido.
Me acerqué al estanque. El viento calaba y me encogí en mí misma para evitar a toda costa ese viento enfermizo. Sentía mi nariz helada y los dientes empezaban a castañear inconscientemente.
-¿Frío?- Una voz muy conocida me llamó la atención. Sentí que el color de mi rostro se iba y no quise voltear a verlo. "No lo hagas...No lo hagas" decía la voz que era más razonable que yo en mi cabeza.
Fallé.
Kyle estaba detrás de mí, con aquella sonrisa que siempre colgaba de sus labios perfectos. Sus ojos grises eran amplios y hermosos, su cabello negro y alborotado contrastaba a la perfección con su piel más pálida que la mía y su camisa azul marina.
-Sólo un poco- Muy bien, era débil, debía de manejar mejor mis alucinaciones.
-No puedo creer que aún te quieras hacer la idea de que soy una alucinación.- El rostro de Kyle parecía desanimado ante la idea y sus ojos grises estaban fijos en mí, más su sonrisa se había borrado. Sentí un leve hormigueo en el estómago y apreté los labios con fuerza, para evitar decir cualquier tontería.
Negué con la cabeza.
-Soy real. ¿No me ves? Soy tan real tanto como tú. Drizz, no me des la espalda, que yo jamás te la he dado a ti.
Cerré los ojos sin poder aguantar más la idea de que Kyle no era real y que mi mente estaba haciendo todo esto. Quise en ese momento más que nunca a Duke, quería correr también y quería irme con Duke, estuviese donde estuviese.
-No eres real, Kyle. No existes más. Hazme caso, si me atrapan hablandole a la nada me regresarán a ese cuarto helado...No quiero volver...Tengo miedo y...¡Sólo vete!- Lo dije sin pensarlo y sin abrir los ojos. De repente un silencio inundó el ambiente pesado y helado.
-No me he ido.- Kyle se había acercado a mí, en cuanto abrí los ojos lo sentí cerca. ¿Qué rayos? ¿Cómo era posible esto?
Unos pasos sobre la hierba me sobresaltó y desvié la mirada de los ojos grises de Kyle. El color retornó a mis mejillas y como una verdadera lunática me tiré al suelo y tomé mis rodillas hacia mi pecho, esperándo el dueño de los pasos...
-¿Quién está ahí?- Dije al aire...Esperando a que fuera alguien real.
En Kautokeino todas las estaciones parecían iguales. ¿O era ya que me volvía más loca? El frío era intenso y calaba hasta los huesos, aun usando gruesas chamarras que te prestaba el castillo.
Esa tarde hacía demasiado frío para quedarme arrumbada en mi habitación pensando en cosas que mejor no eran dignas de recordar...No debería de recordarlas y me lo querían dejar claro, pero era inevitable.
Decidí salir del castillo hacia el estanque para poder aclarar un poco mi mente y perder mis pensamientos en algo mejor.
Una cosa que no podía comprender era por qué a la gente con "problemas" las encierran en un lugar. ¿Para volverlas acaso más locas? No tenía sentido.
Me acerqué al estanque. El viento calaba y me encogí en mí misma para evitar a toda costa ese viento enfermizo. Sentía mi nariz helada y los dientes empezaban a castañear inconscientemente.
-¿Frío?- Una voz muy conocida me llamó la atención. Sentí que el color de mi rostro se iba y no quise voltear a verlo. "No lo hagas...No lo hagas" decía la voz que era más razonable que yo en mi cabeza.
Fallé.
Kyle estaba detrás de mí, con aquella sonrisa que siempre colgaba de sus labios perfectos. Sus ojos grises eran amplios y hermosos, su cabello negro y alborotado contrastaba a la perfección con su piel más pálida que la mía y su camisa azul marina.
-Sólo un poco- Muy bien, era débil, debía de manejar mejor mis alucinaciones.
-No puedo creer que aún te quieras hacer la idea de que soy una alucinación.- El rostro de Kyle parecía desanimado ante la idea y sus ojos grises estaban fijos en mí, más su sonrisa se había borrado. Sentí un leve hormigueo en el estómago y apreté los labios con fuerza, para evitar decir cualquier tontería.
Negué con la cabeza.
-Soy real. ¿No me ves? Soy tan real tanto como tú. Drizz, no me des la espalda, que yo jamás te la he dado a ti.
Cerré los ojos sin poder aguantar más la idea de que Kyle no era real y que mi mente estaba haciendo todo esto. Quise en ese momento más que nunca a Duke, quería correr también y quería irme con Duke, estuviese donde estuviese.
-No eres real, Kyle. No existes más. Hazme caso, si me atrapan hablandole a la nada me regresarán a ese cuarto helado...No quiero volver...Tengo miedo y...¡Sólo vete!- Lo dije sin pensarlo y sin abrir los ojos. De repente un silencio inundó el ambiente pesado y helado.
-No me he ido.- Kyle se había acercado a mí, en cuanto abrí los ojos lo sentí cerca. ¿Qué rayos? ¿Cómo era posible esto?
Unos pasos sobre la hierba me sobresaltó y desvié la mirada de los ojos grises de Kyle. El color retornó a mis mejillas y como una verdadera lunática me tiré al suelo y tomé mis rodillas hacia mi pecho, esperándo el dueño de los pasos...
-¿Quién está ahí?- Dije al aire...Esperando a que fuera alguien real.
Drizzle V. Dughmit- Mensajes : 21
Localización : Heaven...
Empleo /Ocio : ¿Volverme más loca?
Humor : Ja!
Re: Sweet Autumn (Libre)
El duro viento hace volar las hojas de los árboles, que a su vez vienen como puñaladas hacia mí. Justo al salir del castillo, me estaba empezando a arrepentir de haber salido, fuera todo era muy lúgubre y pensaba que aquel lugar no era para mí. De hecho pensaba que no tenia ningún motivo para estar allí recluso. Total.. aquél chico se lo buscó, empezó a pegarme, escupirme e insultarme.. tuve que defenderme, fue la primera vez en mi vida que yo habia reaccionado violentamente frente a alguien. Las voces de mi madre fallecida habian impulsado a que yo hiciera este acto. Pero... ella es luterana a muerte, ella nunca diría que yo hiciera nada malo, de hecho en vida la violencia y todos los actos que atenten contra otra persona era algo que me habia dejado muy claro que no hiciera en mi vida. ¿Pero porqué aparecen sus voces y su cuerpo cuando más la necesito y me dicta el camino a seguir? ¿Porqué me dijo que golpeara al joven con mi martillo de carpintero hasta abrir su cabeza como un melón?. Yo amo a mi mamá... no comprendo nada, haré lo que mi madre diga. Si yo la veo, es porque EXISTE.
Mis helados pies bajan escalón a escalón las escaleras de la entrada al castillo hasta llegar al suelo liso, la estampa que me rodea es desoladora, no habia tenido oportunidad de ver nada ya que me trajeron denoche. Yo decido caminar, aunque mi cuerpo helado diga todo lo contrario. El duro frio azota mi cuerpo, haciendo que mis cicatrices en mi espalda se pongan moradas y me duelan. Bajo mi brazo llevo una carpeta con muchos folios dentro, en los cuales dibujo todo lo que veo y pienso, siempre que me siento lo suficiente inspirado como para ello. Dentro de mi carpeta había cuerpos desnudos, idílicos de personas imaginarias, retratando de manera perfecta un cuerpo, sin ningún tipo de ánimo pornográfico. Yo amo el arte.
Una ráfaga de viento tira mi carpeta al suelo y empieza a rodar, empezandose a salir los folios dibujados por todos sitios y esparciendose por el lugar. Yo corro para coger cuantos más mejor, pero me detengo en seco cuando veo que dos de mis folios están postrados bajo los pies de una chica, que se abraza a si misma, que parece estar atormentada y helada. Yo, que parezco a simple vista un chico normal, sin problemas de ningún tipo y que de ninguna manera parezco ser un asesino ni nada por el estilo, me acerco a ella tiritando, mi cara roja, cabello despeinado y cuerpo casi semidesnudo, porque solo tenía una camisa a cuadros roja y negra y unos pantalones rotos, me acerco y solo con mi presencia reclamo mis folios.
Mis manos ajadas por el frio van hacia el brazo contrario, abrazandome a mi mismo también. En mi bolsillo tengo un lápiz, por su tuviera que defenderme... Ya que yo estoy acostumbrado a las burlas de la sociedad y no me esperaba nada distinto aquí dentro. Sería demasiado brusco amenazarla para que me de mis folios... ya que yo no me voy a acercar y a agacharme delante de ella, correría peligro.
¿Disculpa, me puedes dar esos papeles?
Digo nervioso, aunque mi voz dulce y melodiosa diga lo contrario, siempre habia tenido una voz muy tranquila, que relaja los oidos. Mi cuerpo maltratado por el tiempo y mi bajo status económico hace que parezca un simple vagabundo que busca un litro de vino. Pero no me importa la imagen que tengan de mi, puesto que doy por supuesto que es mala. Miro su cabeza agachada, y espero a que reaccione.
Mis helados pies bajan escalón a escalón las escaleras de la entrada al castillo hasta llegar al suelo liso, la estampa que me rodea es desoladora, no habia tenido oportunidad de ver nada ya que me trajeron denoche. Yo decido caminar, aunque mi cuerpo helado diga todo lo contrario. El duro frio azota mi cuerpo, haciendo que mis cicatrices en mi espalda se pongan moradas y me duelan. Bajo mi brazo llevo una carpeta con muchos folios dentro, en los cuales dibujo todo lo que veo y pienso, siempre que me siento lo suficiente inspirado como para ello. Dentro de mi carpeta había cuerpos desnudos, idílicos de personas imaginarias, retratando de manera perfecta un cuerpo, sin ningún tipo de ánimo pornográfico. Yo amo el arte.
Una ráfaga de viento tira mi carpeta al suelo y empieza a rodar, empezandose a salir los folios dibujados por todos sitios y esparciendose por el lugar. Yo corro para coger cuantos más mejor, pero me detengo en seco cuando veo que dos de mis folios están postrados bajo los pies de una chica, que se abraza a si misma, que parece estar atormentada y helada. Yo, que parezco a simple vista un chico normal, sin problemas de ningún tipo y que de ninguna manera parezco ser un asesino ni nada por el estilo, me acerco a ella tiritando, mi cara roja, cabello despeinado y cuerpo casi semidesnudo, porque solo tenía una camisa a cuadros roja y negra y unos pantalones rotos, me acerco y solo con mi presencia reclamo mis folios.
Mis manos ajadas por el frio van hacia el brazo contrario, abrazandome a mi mismo también. En mi bolsillo tengo un lápiz, por su tuviera que defenderme... Ya que yo estoy acostumbrado a las burlas de la sociedad y no me esperaba nada distinto aquí dentro. Sería demasiado brusco amenazarla para que me de mis folios... ya que yo no me voy a acercar y a agacharme delante de ella, correría peligro.
¿Disculpa, me puedes dar esos papeles?
Digo nervioso, aunque mi voz dulce y melodiosa diga lo contrario, siempre habia tenido una voz muy tranquila, que relaja los oidos. Mi cuerpo maltratado por el tiempo y mi bajo status económico hace que parezca un simple vagabundo que busca un litro de vino. Pero no me importa la imagen que tengan de mi, puesto que doy por supuesto que es mala. Miro su cabeza agachada, y espero a que reaccione.
Warnert Skream Lovecraft- Mensajes : 26
Re: Sweet Autumn (Libre)
Mi cuerpo no tardó ni cinco segundos en entumirse casi por completo. ¿Por qué había hecho eso? No debería de estar tirada de esa forma en el suelo. Sentía aún la presencia de Kyle por ahí, yo sabía que estaba por ahí.
Mi cuerpo empezó a temblar aún más y sentí como mis labios se ponían morados por el helado viento que traspasaba mis ropas y congelaba mi rostro.
Nadie contestó a mi pregunta, los pasos siguieron avanzando.
De repente un montón de hojas se posaron bajo mis pies. Las hojas estaban boca abajo, aunque parecían ya hojas usadas y podía ver pocos rastros de tinta.
Levanté un poco mi rostro aún entumecido y busqué al dueño de las hojas.
No tardó en presentarse.
Pude ver sólo sus pies. Me di cuenta que mi rostro seguía agachado y de que mi posición desde el suelo no me ayudaba en nada a ver al chico frente a mí.
Escuché su voz, melodiosa para mis oídos, que me pedía sus hojas de regreso. Usé toda mi fuerza de voluntad para levantar mi rostro y sentir un agudo dolor en el cuello.
Parecía tener el mismo frío que yo. No estaba muy abrigado, apenas con una camisa a cuadros y un pantalón roto. Era un joven apuesto; su pelo alborotado contra el viento, su rostro atractivo y algunas notables cicatrices, le daban un aspecto duro, más su voz parecía indicar lo contrario.
No me dejé llevar sólo por la vista. Nunca había visto a ese chico, yo no conocía a casi nadie de por ahí.
Separé mis entumecidos brazos y tomé con delicadeza las hojas que me reclamaba.
Él parecía nervioso, como si yo de un momento a otro lo fuera a atacar. Si supiera que ni a una araña soy capaz de hacer daño...
-C-Claro- respondí con un hilo de voz, un tanto tartamudeante por el frío y el castañeo de mis dientes que no ayudaban mucho.
Me traté de poner en pie, con las hojas en mano y en ese momento me di cuenta de lo que contenían.
Eran unos dibujos bastante buenos y hermosos. El cuerpo humano representado en un dibujo, trazado con cuidado y con tiempo. Lo admiré por un momento, rápidamente me ubiqué de nuevo. No sabía si eran dibujos prohibidos y qué tal si a él le incomodaba.
Me puse roja de golpe y mis mejillas cosquillearon, por el cambio de temperatura en ellas.
-Aquí tienes- extendí las hojas con una mano. Yo ya estaba de pie, con las piernas a punto de colapsar por el esfuerzo en ellas cuando estaban entumidas. Con mi otra mano empecé a frotarme el brazo inconscientemente, protegiendome del frío.
No supe qué decir ni como reaccionar. Lo miré congelada y me mordí el labio un poco nerviosa.
-Dibujas muy bien...-Lo tenía que decir. Bajé la mirada con timidez, no sabía qué pensaría él.- Me pareció hermoso tu dibujo.
-¿Por qué tan nerviosa, Drizzle?- Kyle me molestaba otra vez. Su voz apenas era un susurro, un susurro que yo no supe de donde venía.
No contesté, solo me concentré en el chico recién aparecido.
Mi cuerpo empezó a temblar aún más y sentí como mis labios se ponían morados por el helado viento que traspasaba mis ropas y congelaba mi rostro.
Nadie contestó a mi pregunta, los pasos siguieron avanzando.
De repente un montón de hojas se posaron bajo mis pies. Las hojas estaban boca abajo, aunque parecían ya hojas usadas y podía ver pocos rastros de tinta.
Levanté un poco mi rostro aún entumecido y busqué al dueño de las hojas.
No tardó en presentarse.
Pude ver sólo sus pies. Me di cuenta que mi rostro seguía agachado y de que mi posición desde el suelo no me ayudaba en nada a ver al chico frente a mí.
Escuché su voz, melodiosa para mis oídos, que me pedía sus hojas de regreso. Usé toda mi fuerza de voluntad para levantar mi rostro y sentir un agudo dolor en el cuello.
Parecía tener el mismo frío que yo. No estaba muy abrigado, apenas con una camisa a cuadros y un pantalón roto. Era un joven apuesto; su pelo alborotado contra el viento, su rostro atractivo y algunas notables cicatrices, le daban un aspecto duro, más su voz parecía indicar lo contrario.
No me dejé llevar sólo por la vista. Nunca había visto a ese chico, yo no conocía a casi nadie de por ahí.
Separé mis entumecidos brazos y tomé con delicadeza las hojas que me reclamaba.
Él parecía nervioso, como si yo de un momento a otro lo fuera a atacar. Si supiera que ni a una araña soy capaz de hacer daño...
-C-Claro- respondí con un hilo de voz, un tanto tartamudeante por el frío y el castañeo de mis dientes que no ayudaban mucho.
Me traté de poner en pie, con las hojas en mano y en ese momento me di cuenta de lo que contenían.
Eran unos dibujos bastante buenos y hermosos. El cuerpo humano representado en un dibujo, trazado con cuidado y con tiempo. Lo admiré por un momento, rápidamente me ubiqué de nuevo. No sabía si eran dibujos prohibidos y qué tal si a él le incomodaba.
Me puse roja de golpe y mis mejillas cosquillearon, por el cambio de temperatura en ellas.
-Aquí tienes- extendí las hojas con una mano. Yo ya estaba de pie, con las piernas a punto de colapsar por el esfuerzo en ellas cuando estaban entumidas. Con mi otra mano empecé a frotarme el brazo inconscientemente, protegiendome del frío.
No supe qué decir ni como reaccionar. Lo miré congelada y me mordí el labio un poco nerviosa.
-Dibujas muy bien...-Lo tenía que decir. Bajé la mirada con timidez, no sabía qué pensaría él.- Me pareció hermoso tu dibujo.
-¿Por qué tan nerviosa, Drizzle?- Kyle me molestaba otra vez. Su voz apenas era un susurro, un susurro que yo no supe de donde venía.
No contesté, solo me concentré en el chico recién aparecido.
Drizzle V. Dughmit- Mensajes : 21
Localización : Heaven...
Empleo /Ocio : ¿Volverme más loca?
Humor : Ja!
Re: Sweet Autumn (Libre)
Al escuchar su voz pude sentir como un golpe en el pecho, no me esperaba que me hablara, de hecho no me esperaba nada bueno de ella. La mujer, el fruto prohibido, eso me habia enseñado mi madre durante toda su vida, me habian impuesto una religión muy estricta y ahora que no está mi madre en vida me planteo no seguir con la rutina. Aunque muy de vez en cuando aparezca y me hable, pare guiarme en mi camino, por ello cometí aquél asesinato, pude haberme callado y dejarme escupir sin más. Pero le golpeé con el martillo, y me arrepiento de ello. Reacciono lo antes posible a su voz, acercandome lentamente para estirar mi brazo y coger las hojas, las guardo rápidamente en mi carpeta azul, tipica carpeta de trabajo y después de tener mis pertenencias a salvo levanto al vista fijandome en la imponente y potente muchacha que tengo frente a mis ojos. De verdad que tiene un cuerpo solo digno de los mejores dibujantes, dibujarla yo sería un insulto por intentar representar semejante belleza. Bueno, eso da igual, al fin y al cabo lo de fuera es una carcasa, sirve para engañar. Sin sonreir le miro fijamente, sus palabras halagadoras hacen mella en mi y me hace sentirme bien.
Muchas gracias..
Puedo reconocer en su rostro dolor, por el frio, su piel está roja y en algunas zonas parece que tenga heridas, que solo se pueden curar con un poquito de calor y ya está. Yo, ya acostumbrado a vivir en una granja y a pasar frio, no me quejo demasiado, el viento corre por dentro de mi camisa, levantandola de vez en cuando y mostrando mi estómago desnudo, y plano, en resumen hambriento. Intento sacar algún tema de conversación para hablar con ella, pero que se puede esperar de un chico que solo ha visto como es la vida dentro de una granja... solo habia visto chicas a través de revistas.
Estar todo el rato depié enfrente de ella como dos desconocidos me parece un poco violenta la situación, a si que me siento en el suelo, abrazando mis rodillas con mis brazos y pegandolas a mí con fuerza y sonrio.. levantando la vista muy de vez en cuando para observarla, esa sensación de tener una chica joven cerca de mí hace que algo se mueva dentro de mi estómago, como mariposas aleteando. Cuando me entregó los folios no pude evitar fijarme en sus manos, sus manos son muy femeninas aunque un poco maltratadas por el frio. Pero me habían causado gran impresión, yo siempre me fijaba en los detalles, en lo que no se fijaba nadie y podría ver cosas que nunca nadie miraria de una chica. Pero... la verdad es que preferiria escapar de este lugar y no volverla a ver nunca más a quedarme aquí, total, no nos conocemos de nada. Pero no por ello debo tratarla como un objeto, a si que para que pasen dos personas frio, mejor que la pase uno solo. Me levanto y despojandome de mi camisa, se la pongo por encima cerrandola por delante y me vuelvo a alejar, sentandome en el suelo y mostrando medio cuerpo desnudo, bello, pero maltratado por golpes que con el tiempo se curarán, quizás haya en mi otro tipo de golpes que sean eternos.
Tápate con ello, prometo haber tratado bien la prenda.
Termino diciendo, pensando sobre ello. Siempre habia imaginado que en las carceles habia gente muy fea, tocada por la droga y por la mano del diablo, que habia personas destinadas a pudrirse por malos. Y ahora, veo todo lo contrario, quizás esto es producto de mi imaginación y esto no está ocurriendo. Justo en ese instante veo una sombra aparecer entre el viento, es la silueta de mi madre, que acompaña el movimiento con un ruido estridente que hace polvo mis oidos, yo rápidamente me los tapo como si de un pitido inaguantable se tratara y me aprieto, para no escucharla sin darme cuenta de lo que la chica, pueda ver de mi aunque no creo que se extrañe, ella también está aqui por algo, no somos tan distintos.
Muchas gracias..
Puedo reconocer en su rostro dolor, por el frio, su piel está roja y en algunas zonas parece que tenga heridas, que solo se pueden curar con un poquito de calor y ya está. Yo, ya acostumbrado a vivir en una granja y a pasar frio, no me quejo demasiado, el viento corre por dentro de mi camisa, levantandola de vez en cuando y mostrando mi estómago desnudo, y plano, en resumen hambriento. Intento sacar algún tema de conversación para hablar con ella, pero que se puede esperar de un chico que solo ha visto como es la vida dentro de una granja... solo habia visto chicas a través de revistas.
Estar todo el rato depié enfrente de ella como dos desconocidos me parece un poco violenta la situación, a si que me siento en el suelo, abrazando mis rodillas con mis brazos y pegandolas a mí con fuerza y sonrio.. levantando la vista muy de vez en cuando para observarla, esa sensación de tener una chica joven cerca de mí hace que algo se mueva dentro de mi estómago, como mariposas aleteando. Cuando me entregó los folios no pude evitar fijarme en sus manos, sus manos son muy femeninas aunque un poco maltratadas por el frio. Pero me habían causado gran impresión, yo siempre me fijaba en los detalles, en lo que no se fijaba nadie y podría ver cosas que nunca nadie miraria de una chica. Pero... la verdad es que preferiria escapar de este lugar y no volverla a ver nunca más a quedarme aquí, total, no nos conocemos de nada. Pero no por ello debo tratarla como un objeto, a si que para que pasen dos personas frio, mejor que la pase uno solo. Me levanto y despojandome de mi camisa, se la pongo por encima cerrandola por delante y me vuelvo a alejar, sentandome en el suelo y mostrando medio cuerpo desnudo, bello, pero maltratado por golpes que con el tiempo se curarán, quizás haya en mi otro tipo de golpes que sean eternos.
Tápate con ello, prometo haber tratado bien la prenda.
Termino diciendo, pensando sobre ello. Siempre habia imaginado que en las carceles habia gente muy fea, tocada por la droga y por la mano del diablo, que habia personas destinadas a pudrirse por malos. Y ahora, veo todo lo contrario, quizás esto es producto de mi imaginación y esto no está ocurriendo. Justo en ese instante veo una sombra aparecer entre el viento, es la silueta de mi madre, que acompaña el movimiento con un ruido estridente que hace polvo mis oidos, yo rápidamente me los tapo como si de un pitido inaguantable se tratara y me aprieto, para no escucharla sin darme cuenta de lo que la chica, pueda ver de mi aunque no creo que se extrañe, ella también está aqui por algo, no somos tan distintos.
Warnert Skream Lovecraft- Mensajes : 26
Re: Sweet Autumn (Libre)
Se acercó a mí, mientras yo le extendía los papeles. Lo miré con curiosidad, viendo como un tanto de desconfianza se arremolinaba en sus ojos. Caminó con cautela, como si le fuera a hacer daño. Le quería decir que no había peligro conmigo, que yo no le haría nada, pero no me atreví a hablar, o quizá el frío igual me lo prohibió.
Cómo un ratón asustado él toma los papeles y los guarda con rapidez en un portafolio común. No me agradeció. Levanta la mirada y me ve con curiosidad, yo se la sostuve, perdiéndome en los ojos atormentados del chico, me llené de curiosidad, pensando en todo lo que él pudo haber pasado. Todos en este lugar tenían una historia y la mía era con un final más feliz que el del resto.
Sentí su mirada recorrerme, más no me incomodó.
De repente me agradeció. Salí de mis pensamientos y sonreí. No reaccionó de mala manera ante el halago de sus dibujos y me alegré. El chico no era común, en el sentido de que sentía que no había otro más como él.
Mi intuición me decía que él era diferente al resto de los hombres que hubiera conocido en Inglaterra. No parecía ser como Sebastian, mi padre, ni tampoco como Christopher, mi hermano mayor, al contrario, parecía ser una especia de hombre único. Me gustó la forma en la que me miró, como si yo fuera algo nuevo ante sus ojos, o eso yo supuse en su mirada.
Los dos de pie y de repente él se sienta en el suelo, adoptando la misma posición que yo lo había hecho cuando él llegó. Lo miré un poco confundida, más no me moví. Subía su mirada, volteandome a ver. Seguí sin moverme, el asunto se había puesto algo tenso. Ninguno de los dos decía nada, uno sentado y otro parado. Pensé en sentarme más no lo hice.
De repente él se puso de pie y se quita su camisa.
Me quedo con los ojos como platos al contemplarlo. Lo admiré por valiente. ¿Cómo alguien podría hacer eso e pleno otoño con el helado viento soplando? Temí de que se resfriara, más empecé a sentir mis brazos de nuevo, el calor de su cuerpo y su mismo perfume estaban aún impregnados en la suave camisa.
Sentí que el color se iba a mis mejillas y no supe qué decir ni qué hacer de nuevo.
De nuevo los dos estabamos de pie. Lo contemplé de nuevo. Su cuerpo estaba lleno de cicatrices que en algún momento parecieron heridas graves en su espalda sobre todo y en su torso. Tragué saliva al pensar en cómo se las había hecho y no me atreví a preguntar.
-Gracias-susurré, esperándo a que él hubiera escuchado.
De repente él se encogió en sí mismo, tapándose los oidos con fuerza y apretando la mandíbula, como si hubiera escuchado algo horroroso e irritante.
El alma se me vino a los pies y entonces reaccioné.
Me acerqué a él y lo miré con preocupación.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- pregunté con un poco de histeria, tratando de sonar normal.
-!Kyle! ¡Kyle! ayudame, no sé qué hacer- Dije fuerte en mi cabeza, sin atreverme a decirlo en voz alta. Él no se presentó.
Pensé en pedir ayuda a gritos, pero ni un grito salió de mi garganta ronca.
Pensé que tendría frío y me apené demasiado al tener su camisa puesta. Me acerqué a él y sin pensarlo bien lo abracé torpemente, dándole un poco de mi calor.
-Dime, ¿que pasa?- dije de nuevo, aún él parecía escuchar ese ruido que para mí era invisible.
Cómo un ratón asustado él toma los papeles y los guarda con rapidez en un portafolio común. No me agradeció. Levanta la mirada y me ve con curiosidad, yo se la sostuve, perdiéndome en los ojos atormentados del chico, me llené de curiosidad, pensando en todo lo que él pudo haber pasado. Todos en este lugar tenían una historia y la mía era con un final más feliz que el del resto.
Sentí su mirada recorrerme, más no me incomodó.
De repente me agradeció. Salí de mis pensamientos y sonreí. No reaccionó de mala manera ante el halago de sus dibujos y me alegré. El chico no era común, en el sentido de que sentía que no había otro más como él.
Mi intuición me decía que él era diferente al resto de los hombres que hubiera conocido en Inglaterra. No parecía ser como Sebastian, mi padre, ni tampoco como Christopher, mi hermano mayor, al contrario, parecía ser una especia de hombre único. Me gustó la forma en la que me miró, como si yo fuera algo nuevo ante sus ojos, o eso yo supuse en su mirada.
Los dos de pie y de repente él se sienta en el suelo, adoptando la misma posición que yo lo había hecho cuando él llegó. Lo miré un poco confundida, más no me moví. Subía su mirada, volteandome a ver. Seguí sin moverme, el asunto se había puesto algo tenso. Ninguno de los dos decía nada, uno sentado y otro parado. Pensé en sentarme más no lo hice.
De repente él se puso de pie y se quita su camisa.
Me quedo con los ojos como platos al contemplarlo. Lo admiré por valiente. ¿Cómo alguien podría hacer eso e pleno otoño con el helado viento soplando? Temí de que se resfriara, más empecé a sentir mis brazos de nuevo, el calor de su cuerpo y su mismo perfume estaban aún impregnados en la suave camisa.
Sentí que el color se iba a mis mejillas y no supe qué decir ni qué hacer de nuevo.
De nuevo los dos estabamos de pie. Lo contemplé de nuevo. Su cuerpo estaba lleno de cicatrices que en algún momento parecieron heridas graves en su espalda sobre todo y en su torso. Tragué saliva al pensar en cómo se las había hecho y no me atreví a preguntar.
-Gracias-susurré, esperándo a que él hubiera escuchado.
De repente él se encogió en sí mismo, tapándose los oidos con fuerza y apretando la mandíbula, como si hubiera escuchado algo horroroso e irritante.
El alma se me vino a los pies y entonces reaccioné.
Me acerqué a él y lo miré con preocupación.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- pregunté con un poco de histeria, tratando de sonar normal.
-!Kyle! ¡Kyle! ayudame, no sé qué hacer- Dije fuerte en mi cabeza, sin atreverme a decirlo en voz alta. Él no se presentó.
Pensé en pedir ayuda a gritos, pero ni un grito salió de mi garganta ronca.
Pensé que tendría frío y me apené demasiado al tener su camisa puesta. Me acerqué a él y sin pensarlo bien lo abracé torpemente, dándole un poco de mi calor.
-Dime, ¿que pasa?- dije de nuevo, aún él parecía escuchar ese ruido que para mí era invisible.
Drizzle V. Dughmit- Mensajes : 21
Localización : Heaven...
Empleo /Ocio : ¿Volverme más loca?
Humor : Ja!
Re: Sweet Autumn (Libre)
El duro frio pasó a un segundo plano y el dolor de mi cabeza se intensifica cada vez más y más, un leve susurro me da a entender que lo que estoy haciendo está muy mal, relacionandome con una chica, lo tengo prohibido, es pecado y por ello no podré ir al cielo. Yo simplemente aprieto cada vez más mis oidos para dejar de escuchar su voz. Hasta que de golpe y porrazo desaparece. Resoplo tranquilo, que mal trago... De repente me doy cuenta de que la chica me está abrazando y me quedo muy sorprendido. No se que decirle ni como, quizás ahora pueda entender porqué no soy un chico normal, y que yo también estoy aquí y no por casualidad, si no que tengo muchos motivos por los que debo estar aquí. Mis ojos llorosos clavan mi mirada en ella, con el mismo rostro que tiene una persona que se atraganta con la comida. Poco a poco voy recuperando la compostura y quiero darle explicaciones, totalmente avergonzado por ello, me gustaría salir corriendo y esconderme pero siento la necesidad de decirle que me pasa.
Es ella, no me deja en paz, mi madre. Aparece constantemente y ella me pega.
Mis palabras son cortas pero intensas, mi voz armónica y suave sigue siendo igual, pero se nota mi nerviosismo rozando la histeria. Mi cuerpo desnudo, completamente herido, mi rostro desencajado, pelo alborotado y nervioso es un firme retrato de lo que es mi vida, un completo desastre, que si sigue por ese camino durará poco tiempo. Hay algo que es imposible que le cuadre, una persona que solo puedo verla yo...¿Cómo es posible que me pegue?.
Al sentir sus brazos rodeandome noto su calor y me aferro a el, demasiado tiempo sin sentir calor humano verdadero. Cierro mis ojos sentiendo esa dulce sensación por un momento pero después me separo. Miro a la joven.
Me llamo Warnert, y... ya sabes porqué estoy aquí.
Giro mi rostro mirando hacia otro lado, avergonzado por desvelar mis secretos. Aunque adivinar que yo estuviera aquí por problemas mentales no es algo del otro mundo. Yo también tengo curiosidad por saber qué le pasa a ella, el porqué ha llegado hasta aquí. Por ahora he visto a una chica perfecta, no podría sacarle un solo defecto. Cada vez que escucho sus palabras reacciono así, para no escuchar las cosas que quiere que haga, son atrocidades. Siempre relacionadas con matar y matar, yo no soy así. ¿Porqué me ocurre esto? Es más, ¿Porqué le hice caso? Solamente sé que me odio ami mismo y que no me merezco nada. Siempre habia pensado que Dios me habia dotado de un buen cuerpo, y de un interior horrible.
Es ella, no me deja en paz, mi madre. Aparece constantemente y ella me pega.
Mis palabras son cortas pero intensas, mi voz armónica y suave sigue siendo igual, pero se nota mi nerviosismo rozando la histeria. Mi cuerpo desnudo, completamente herido, mi rostro desencajado, pelo alborotado y nervioso es un firme retrato de lo que es mi vida, un completo desastre, que si sigue por ese camino durará poco tiempo. Hay algo que es imposible que le cuadre, una persona que solo puedo verla yo...¿Cómo es posible que me pegue?.
Al sentir sus brazos rodeandome noto su calor y me aferro a el, demasiado tiempo sin sentir calor humano verdadero. Cierro mis ojos sentiendo esa dulce sensación por un momento pero después me separo. Miro a la joven.
Me llamo Warnert, y... ya sabes porqué estoy aquí.
Giro mi rostro mirando hacia otro lado, avergonzado por desvelar mis secretos. Aunque adivinar que yo estuviera aquí por problemas mentales no es algo del otro mundo. Yo también tengo curiosidad por saber qué le pasa a ella, el porqué ha llegado hasta aquí. Por ahora he visto a una chica perfecta, no podría sacarle un solo defecto. Cada vez que escucho sus palabras reacciono así, para no escuchar las cosas que quiere que haga, son atrocidades. Siempre relacionadas con matar y matar, yo no soy así. ¿Porqué me ocurre esto? Es más, ¿Porqué le hice caso? Solamente sé que me odio ami mismo y que no me merezco nada. Siempre habia pensado que Dios me habia dotado de un buen cuerpo, y de un interior horrible.
Warnert Skream Lovecraft- Mensajes : 26
Re: Sweet Autumn (Libre)
De repente su cuerpo se destenzó, pareció rendirse ante el agudo sonido que quizá ya había cesado en sus oídos.
Sus ojos antes perdidos se encuentran de nuevo con los míos y dejé que mi ser navegara en sus ojos que en ese momento parecían sinceros. Parecía un chico asustado. No lo solté, él no se alejó.
El susto había acelerado mi corazón y lo sentía en la boca de la garganta y hasta podía sentir que lo escuchaba.
Me contó qué era lo que lo atormentaba. Parecía como si no lo hubiera dicho a casi nadie y que era un secreto que yo debía de mantener.
Me lo dijo con su voz monocorde y suave, pero parecía tener un nudo en la garganta, justo como el que yo sentía en esos momentos. Parecía nervioso y sus palabras me dejaron desarmada.
Su madre lo había maltratado y hasta estos momentos parecía tener traumas. Cerré los ojos, aún con él muy cerca de mí y mordí mi labio como usualmente lo hacía. No supe qué decirle, sólo sentía terribles ganas de protegerlo contra aquella mujer que lo había herido de esa forma. Esas cicatrices que aún no cerraban, y no eran necesariamente físicas. Había hecho mucho daño al chico hasta a tal grado de torturarlo.
Recordé entonces a mi familia. Siempre me habían tratado con amor y dejándome siempre enseñanzas, siempre estando al corriente de lo que me pasaba, jamás me habían descuidado y tampoco me habían prohibido nada sobre la vida, jamás me habían descepcionado.
Yo era adoptada, cierto, pero me había recogido una madre con mucho amor que dar...y daba muchas gracias por ello.
Ahora solo estaba sola, sola en un mundo que era difícil para mí. En un mundo donde solamente existía el miedo, donde mis alucinaciones eran lo que más se acercaban a mi realidad.
Abrí los ojos, respirándo el pesado aire seco y frío y sentí cómo él se separaba de mí.
Aún él estaba semidesnudo y me inquietaba la idea, más no le quise devolver su camisa, ya que sentí que lo ofendería.
Escuché sus palabras, su nombre y de nuevo volví al mundo frío.
Warnert, su nombre era muy bonito y orginal.
Sentí que mi boca se quería curvear en una sonrisa, pero no parecía muy entusiasta en lograrlo.
Desvió su mirada de la mía, como si estuviera apenado pro algo. No lo iba yo a criticar ni mucho menos. No podía comprender el dolor que representaba su asunto para él, pero si comprendía el por qué estaba en este lugar, comprendía la soledad con la que se había visto obligado a vivir, esa soledad que él sentía yo me la había ido formando por mi cuenta a través de los años. El acoso de su madre sólo era la diferencia, ese acoso era el mismo que yo sentía con los seres queridos que eran mis alucinaciones.
-Soy Drizzle- me presenté. Me acerqué un paso a él. No sabía si él quería saber sobre por qué estaba yo aquí.
Suspiré lentamente y con suavidad y luego cerré de nuevo mis ojos, haciendome la valiente para poder relatar algo que no sabía bien cómo contar.
-Estoy aquí desde hace una semana...Hace un año tuve un accidente y perdí a un amigo. Nadie me dijo que él había muerto. Yo lo sigo viendo vivo hasta la fecha...Tuve ataques violentos hacia mi madre...y aún no me hago la idea de qué es real...Nada es real para mí- La tristeza era tanteable en mi voz apesumbrada. Ni siquiera sabía si yo misma era real, era como si todo lo que hubiera vividdo era una broma pesada.- Creo que no somos tan diferentes entonces...-Dije para mí misma. Bajé la mirada y sentí un peso horrible en el corazón. ¿Por qué todo era tan difícil?
-Por favor...déjame ya vivir con mi vida, Kyle. Vete de una vez por todas- supliqué en mi mente, abrazándome de nuevo a mí misma.- Quiero vivir la vida real...
Kyle de nuevo apareció, estaba recargado en un árbol cercano a nosotros y escrutaba con la mirada a Warnert.
-Tú no me dejaste ir, ahora ya no tengo otra alternativa más que quedarme, Drizz.- informó con un tono cínico, haciendo que mis ojos se llenaran de lágrimas por una estupidés. Me tragué todo y levanté la mirada hacia Warnert. Era patética mostrarme de aquella forma con él- Warnert...te estás congelando. Creo que he de entregarte tu camisa...
Sus ojos antes perdidos se encuentran de nuevo con los míos y dejé que mi ser navegara en sus ojos que en ese momento parecían sinceros. Parecía un chico asustado. No lo solté, él no se alejó.
El susto había acelerado mi corazón y lo sentía en la boca de la garganta y hasta podía sentir que lo escuchaba.
Me contó qué era lo que lo atormentaba. Parecía como si no lo hubiera dicho a casi nadie y que era un secreto que yo debía de mantener.
Me lo dijo con su voz monocorde y suave, pero parecía tener un nudo en la garganta, justo como el que yo sentía en esos momentos. Parecía nervioso y sus palabras me dejaron desarmada.
Su madre lo había maltratado y hasta estos momentos parecía tener traumas. Cerré los ojos, aún con él muy cerca de mí y mordí mi labio como usualmente lo hacía. No supe qué decirle, sólo sentía terribles ganas de protegerlo contra aquella mujer que lo había herido de esa forma. Esas cicatrices que aún no cerraban, y no eran necesariamente físicas. Había hecho mucho daño al chico hasta a tal grado de torturarlo.
Recordé entonces a mi familia. Siempre me habían tratado con amor y dejándome siempre enseñanzas, siempre estando al corriente de lo que me pasaba, jamás me habían descuidado y tampoco me habían prohibido nada sobre la vida, jamás me habían descepcionado.
Yo era adoptada, cierto, pero me había recogido una madre con mucho amor que dar...y daba muchas gracias por ello.
Ahora solo estaba sola, sola en un mundo que era difícil para mí. En un mundo donde solamente existía el miedo, donde mis alucinaciones eran lo que más se acercaban a mi realidad.
Abrí los ojos, respirándo el pesado aire seco y frío y sentí cómo él se separaba de mí.
Aún él estaba semidesnudo y me inquietaba la idea, más no le quise devolver su camisa, ya que sentí que lo ofendería.
Escuché sus palabras, su nombre y de nuevo volví al mundo frío.
Warnert, su nombre era muy bonito y orginal.
Sentí que mi boca se quería curvear en una sonrisa, pero no parecía muy entusiasta en lograrlo.
Desvió su mirada de la mía, como si estuviera apenado pro algo. No lo iba yo a criticar ni mucho menos. No podía comprender el dolor que representaba su asunto para él, pero si comprendía el por qué estaba en este lugar, comprendía la soledad con la que se había visto obligado a vivir, esa soledad que él sentía yo me la había ido formando por mi cuenta a través de los años. El acoso de su madre sólo era la diferencia, ese acoso era el mismo que yo sentía con los seres queridos que eran mis alucinaciones.
-Soy Drizzle- me presenté. Me acerqué un paso a él. No sabía si él quería saber sobre por qué estaba yo aquí.
Suspiré lentamente y con suavidad y luego cerré de nuevo mis ojos, haciendome la valiente para poder relatar algo que no sabía bien cómo contar.
-Estoy aquí desde hace una semana...Hace un año tuve un accidente y perdí a un amigo. Nadie me dijo que él había muerto. Yo lo sigo viendo vivo hasta la fecha...Tuve ataques violentos hacia mi madre...y aún no me hago la idea de qué es real...Nada es real para mí- La tristeza era tanteable en mi voz apesumbrada. Ni siquiera sabía si yo misma era real, era como si todo lo que hubiera vividdo era una broma pesada.- Creo que no somos tan diferentes entonces...-Dije para mí misma. Bajé la mirada y sentí un peso horrible en el corazón. ¿Por qué todo era tan difícil?
-Por favor...déjame ya vivir con mi vida, Kyle. Vete de una vez por todas- supliqué en mi mente, abrazándome de nuevo a mí misma.- Quiero vivir la vida real...
Kyle de nuevo apareció, estaba recargado en un árbol cercano a nosotros y escrutaba con la mirada a Warnert.
-Tú no me dejaste ir, ahora ya no tengo otra alternativa más que quedarme, Drizz.- informó con un tono cínico, haciendo que mis ojos se llenaran de lágrimas por una estupidés. Me tragué todo y levanté la mirada hacia Warnert. Era patética mostrarme de aquella forma con él- Warnert...te estás congelando. Creo que he de entregarte tu camisa...
Drizzle V. Dughmit- Mensajes : 21
Localización : Heaven...
Empleo /Ocio : ¿Volverme más loca?
Humor : Ja!
Re: Sweet Autumn (Libre)
El frio cada vez hace más mella en mi, aunque tampoco hay mucha diferencia respecto a cuando tenía la camisa puesta. Cuando escucho su nombre me juro a mi mismo jamás olvidarlo y cuando me cuesta la historia de la muerte de su amigo, un nudo se me hace en la garganta impidiendome pronunciar ni una sola palabra. A decir verdad es que estamos aquí practicamente por el mismo motivo. Ambos sufrimos alucionaciones y escuchamos voces que no existen, pero ambos pensamos que esa es la pura realidad, al menos yo si. Ambos hemos tenido una vida dificil, quizás la diferencia entre ella y yo es que cuando asesiné a aquel chico con el martillo, disfruté con ello, me sentí plenamente liberado viendo el interior de su cabeza desparramado por el suelo. Entré como en trance, el tiempo se habia parado y podía vengarme como quisiera. Oh si, aquella sensación me hizo libre, ya lo creo. De repente noto a Drizzle un poco agobiada, quizás haya visto algo que yo no eh visto, pero prefiero no preguntarle nada y esperar a ver que es lo que ocurre. Niego rotundamente con la cabeza a la idea de devolverme la camisa. Apenado por la muerte de su amigo acaricio su mejilla con mi mano dandole a entender que siento mucho lo que ha ocurrido y que ese accidente jamás deberia haber ocurrido...
El está en el cielo, junto a Dios.
Respondo, dandole a entender mi profunda creencia en el más alla y la existencia de Dios. Desde pequeño, mi madre ma habia inculcado la religión hasta el punto de que era lo más importante. Y eso aún perdura en mí, creo en el camino de la salvación. En vida, mi madre me decia que habia que hacer cosas buenas para lograr la salvación, pero ahora, una vez muerta aparece constantemente y me pide que asesine. Y como yo no le hago caso, me golpea sin cesar. En realidad, ella no me golpea, mi mente entra en trance y soy yo el que se golpea asi mismo sin darme cuenta de ello, pensando luego que ha sido mi madre la que por haber hecho malas acciones, me castiga.
Siento la necesidad de encontrar un poco de calor, y casi incoscientemente me siento delante de ella, apoyando mi espalda en su pecho, buscando ese calor que me hacia falta, mi cuerpo tarda en reaccionar a las ordenes del cerebro, relentizando todos mis pasos. Una vez aposentado decido contarle el porqué estoy aquí del todo, no solo medias partes.
Pues, vivo en una granja y siempre he sido el marginado, todos los niños se reian de mi y me pegaban, pero un dia... golpee a uno con un martillo hasta causarle la muerte.
Agacho mi cabeza aterrorizado por escucharme ami mismo lo que digo, y espero a que Drizzle salga corriendo y me deje solo. Le habré causado terror.
Y... me gustó.
Miro hacia el suelo, en parte bien, por haberme sincerado con ella, y en otra mal por haberle dicho el monstruo de persona que soy, pero.. si estoy aquí es por algo, no soy una joya de persona, me lo merezco. Nunca habia tenido amigos, y Drizzle es lo más parecido a ello que habia encontrado jamás. Por eso le he contado todo esto, si no se lo contara a ella. ¿A quién podría hacerlo?
Lo siento...
El está en el cielo, junto a Dios.
Respondo, dandole a entender mi profunda creencia en el más alla y la existencia de Dios. Desde pequeño, mi madre ma habia inculcado la religión hasta el punto de que era lo más importante. Y eso aún perdura en mí, creo en el camino de la salvación. En vida, mi madre me decia que habia que hacer cosas buenas para lograr la salvación, pero ahora, una vez muerta aparece constantemente y me pide que asesine. Y como yo no le hago caso, me golpea sin cesar. En realidad, ella no me golpea, mi mente entra en trance y soy yo el que se golpea asi mismo sin darme cuenta de ello, pensando luego que ha sido mi madre la que por haber hecho malas acciones, me castiga.
Siento la necesidad de encontrar un poco de calor, y casi incoscientemente me siento delante de ella, apoyando mi espalda en su pecho, buscando ese calor que me hacia falta, mi cuerpo tarda en reaccionar a las ordenes del cerebro, relentizando todos mis pasos. Una vez aposentado decido contarle el porqué estoy aquí del todo, no solo medias partes.
Pues, vivo en una granja y siempre he sido el marginado, todos los niños se reian de mi y me pegaban, pero un dia... golpee a uno con un martillo hasta causarle la muerte.
Agacho mi cabeza aterrorizado por escucharme ami mismo lo que digo, y espero a que Drizzle salga corriendo y me deje solo. Le habré causado terror.
Y... me gustó.
Miro hacia el suelo, en parte bien, por haberme sincerado con ella, y en otra mal por haberle dicho el monstruo de persona que soy, pero.. si estoy aquí es por algo, no soy una joya de persona, me lo merezco. Nunca habia tenido amigos, y Drizzle es lo más parecido a ello que habia encontrado jamás. Por eso le he contado todo esto, si no se lo contara a ella. ¿A quién podría hacerlo?
Lo siento...
Warnert Skream Lovecraft- Mensajes : 26
Re: Sweet Autumn (Libre)
Desde chiquita siempre viví en mi mundo, en mi pequeño mundo lleno de mariposas, de un duende naranja que me hablaba sobre maravillosos ríos de dulces y chocolate y un chico de ojos azules, que siempre me guiaba hacia la fuente del tesoro.
¿Algún día Kyle si fue real? Esa siempre ha sido mi pregunta.
Las medicinas saben a una sustancia extraña que me hacen sentirme débil y que dejan mi mente en blanco durante algunas horas. He sufrido efectos secundarios, sufriendo depresiones sin sentido, algunas alucinaciones sobre gente que en mi vida iba a conocer y Kyle. Kyle por todos lados, con su amplia sonrisa franca que siempre me había enamorado.
Sentí la caricia de Warnert en mi mejilla, y sonreí internamente. Sentí su apoyo y supe que no me quería ver agobiada de esa forma. Usé toda mi fuerza para contener aquellas lágrimas que me amenazaban con salir, lo hice esta vez por él.
Había veces que quería tener los ojos cerrados, vivir en mi propio mundo, donde todo lo que yo creara fuera real y que sólo yo pudiera controlar ese lugar a mi gusto. ¿Nada es imposible? Creo que encontré la excepción.
Sentí la espalda de Warnert en mi pecho y dejé escapar un leve suspiro. Hacia ya mucho tiempo que no sentía la calidez de una persona cerca de mí, y al hacerlo podía sentirme feliz por un momento, memorando cosas que solo me traían una felicidad temporal, para luego traerme dolor.
Masoquismo. Si tenía que intercambiarlo por un poco de felicidad momentanea, no me importaba.
Si él estaba en el cielo...¿No podría ir yo con él? Algo me gritaba que yo pertenecía aquí, sí a este lugar de locos. Yo no debía irme de aquí.
Escuché las palabras de él. Me quedé helada, como el frío que representaba cada palabra suya. No me moví, solamente cerré los ojos y apreté los labios, con sus palabras en la cabeza. No quise huír. Él parecía arrepentido. Le había gustado....Se disculpó.
Con una mano empecé a acariciar su cabello, semi-largo, sedoso al tacto, un castaño medio oscuro que soltaba destellos admirables con la pálida luz que pasaba por los árboles.
-Todos cometemos errores en la vida- le dije con suavidad.- Algo tomó control de ti. Puede que hayan sido tus manos las que...mataron a ese chico ...Pero yo sé que no pudiste ser tú...- Abrí los ojos y tragué saliva.
-No te tengo miedo. Te comprendo, y te quiero ayudar- A penas conocía a Warnert pero con él me sentía demasiado a gusto y sentía que podía confiar en él. Me aferré a ese hecho, a que él era real y que no era un producto de mi cruel imaginación.
- ¿Confías en mí?- Pregunté en voz muy baja, consciente de que él me podía escuchar.
Olvidé por completo la presencia de Kyle, quien aún estaba cruzado de brazos contra la corteza de un árbol, contemplando cada detalle de la situación, con una mirada recriminartoria en su rostro y una boca fruncida que amenazaba con molestias en un futuro...
¿Algún día Kyle si fue real? Esa siempre ha sido mi pregunta.
Las medicinas saben a una sustancia extraña que me hacen sentirme débil y que dejan mi mente en blanco durante algunas horas. He sufrido efectos secundarios, sufriendo depresiones sin sentido, algunas alucinaciones sobre gente que en mi vida iba a conocer y Kyle. Kyle por todos lados, con su amplia sonrisa franca que siempre me había enamorado.
Sentí la caricia de Warnert en mi mejilla, y sonreí internamente. Sentí su apoyo y supe que no me quería ver agobiada de esa forma. Usé toda mi fuerza para contener aquellas lágrimas que me amenazaban con salir, lo hice esta vez por él.
Había veces que quería tener los ojos cerrados, vivir en mi propio mundo, donde todo lo que yo creara fuera real y que sólo yo pudiera controlar ese lugar a mi gusto. ¿Nada es imposible? Creo que encontré la excepción.
Sentí la espalda de Warnert en mi pecho y dejé escapar un leve suspiro. Hacia ya mucho tiempo que no sentía la calidez de una persona cerca de mí, y al hacerlo podía sentirme feliz por un momento, memorando cosas que solo me traían una felicidad temporal, para luego traerme dolor.
Masoquismo. Si tenía que intercambiarlo por un poco de felicidad momentanea, no me importaba.
Si él estaba en el cielo...¿No podría ir yo con él? Algo me gritaba que yo pertenecía aquí, sí a este lugar de locos. Yo no debía irme de aquí.
Escuché las palabras de él. Me quedé helada, como el frío que representaba cada palabra suya. No me moví, solamente cerré los ojos y apreté los labios, con sus palabras en la cabeza. No quise huír. Él parecía arrepentido. Le había gustado....Se disculpó.
Con una mano empecé a acariciar su cabello, semi-largo, sedoso al tacto, un castaño medio oscuro que soltaba destellos admirables con la pálida luz que pasaba por los árboles.
-Todos cometemos errores en la vida- le dije con suavidad.- Algo tomó control de ti. Puede que hayan sido tus manos las que...mataron a ese chico ...Pero yo sé que no pudiste ser tú...- Abrí los ojos y tragué saliva.
-No te tengo miedo. Te comprendo, y te quiero ayudar- A penas conocía a Warnert pero con él me sentía demasiado a gusto y sentía que podía confiar en él. Me aferré a ese hecho, a que él era real y que no era un producto de mi cruel imaginación.
- ¿Confías en mí?- Pregunté en voz muy baja, consciente de que él me podía escuchar.
Olvidé por completo la presencia de Kyle, quien aún estaba cruzado de brazos contra la corteza de un árbol, contemplando cada detalle de la situación, con una mirada recriminartoria en su rostro y una boca fruncida que amenazaba con molestias en un futuro...
Drizzle V. Dughmit- Mensajes : 21
Localización : Heaven...
Empleo /Ocio : ¿Volverme más loca?
Humor : Ja!
Temas similares
» Con demasiado tiempo libre... (Blake, Christian y libre)
» Sweet Nightmare .::Nadine::.
» L a v a d o - d e - C e r e b r o (Libre 1pj)
» Despierto... por fin--- (libre)
» Aquí (Libre)
» Sweet Nightmare .::Nadine::.
» L a v a d o - d e - C e r e b r o (Libre 1pj)
» Despierto... por fin--- (libre)
» Aquí (Libre)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Oct 04, 2012 7:30 pm por Dirección
» Registro de Apellido
Jue Sep 27, 2012 8:34 pm por Dirección
» Registro de Nombre
Jue Sep 27, 2012 8:20 pm por Dirección
» Historia y Reglamento de Blood & Fire
Jue Sep 27, 2012 6:46 pm por Dirección
» Ambientación
Jue Sep 27, 2012 6:45 pm por Dirección
» ¿En Donde se Ubica el Instituto?
Jue Sep 27, 2012 6:44 pm por Dirección
» Reglas del Instituto
Jue Sep 27, 2012 6:37 pm por Dirección
» REGISTRO DE AVATAR
Jue Sep 27, 2012 6:35 pm por Lost Heaven
» Fraternidades y Otros Grupos
Jue Sep 27, 2012 6:34 pm por Dirección
» Bestiario y Razas
Jue Sep 27, 2012 6:33 pm por Dirección
» Regla de Embarazo
Jue Sep 27, 2012 6:31 pm por Dirección
» Reglas de Avatar & Firma
Jue Sep 27, 2012 6:29 pm por Dirección
» Sobre los Narradores
Jue Sep 27, 2012 6:23 pm por Dirección
» ¿Como tiro un dado?
Jue Sep 27, 2012 6:20 pm por Dirección
» Reglas de Combate
Jue Sep 27, 2012 6:17 pm por Dirección