¿Baño nocturno? - Blake

Sentía ganas de liberarme, de tener mi tiempo a solas conmigo misma, necesitaba pensar, pensar en todos mis actos estos últimos días. A fuera hacía un frío de muerte y me fuí a la piscina. Cogí mis cosas en cuanto llegué me senté en el bordilo de la piscina, hundiendo mis pies en el agua.

Todo cuanto había pasado resonaba en mi cabeza, mi última noche allá fuera era lo que más recordaba y lo que nunca olvidaría. Solo necesitaba salir de aquí y todo volvería a ser como antes, todos ellos pagarían. Tal y como me dijo el policía que me escoltó hacia el centro, repasé todos mis actos allá fuera. El primer robo, después, la primera matanza, y después el sexo. Recordé la noche en que desangré a mi padre en pleno escritorio, ese día había sido de gloria para mí, aunque para otros significase muerte. Mi mente vagaba por recuerdos viejos, por recuerdos enterrados desde que había empezado con mi oficio, y absorta como estaba en mis pensamientos no escuché los pasos que se acercaban...

Me giré cuando habló y advertí a simple vista que iba borracho. También lo delataba la botella que llevaba en la mano, con la que se acababa de atragantar.
-Bonjour –saludé.
Volví a mirar el agua de la piscina, moviendo los pies, haciendo que el agua se moviera en pequeñas olas. Podía escuchar como detrás mío se atragantaba una y otra vez con el vino.
-Si vous continuez à boire comme ça, vous vous retrouvez avec du foie rompu –comenté.

-Claro –dije mirándolo acercarse y “sentarse” en uno de loas camastros que estaban a mi lado-, gracias –tome la botella que me ofrecía. Me la llevé a los labios y de un solo trago me la acabé, tampoco es que quedase mucho, la verdad. Le tendí la botella vacía.
-¿En teoría no deberíamos estar aquí para dejar lo malos hábitos? –pregunté mientras movía mis pies de un lado a otro dentro del agua. Estaba deliciosamente caliente, y tenía unas ganas enormes de meterme dentro de ésta y nadar, calentarme. Pues aunque el ambiente era caliente, tenía aquella sensación de frío por dentro, tal vez se deba al sitio dónde estamos ubicados, tal vez no. No lo sabía-. Me llamo Nathalie.

-Se me puede considerar así –dije con una sonrisa-. He llegado hace unas semanas, pero pocas ganas tenía de salir de mi habitación.
Dejé de mover mis pies y me metí en el agua. Le miré acomodándose y encendiéndose un cigarrillo y me sumergí en el agua. Estaba totalmente caliente, y poco a poco fui sintiendo como me calentaba todo el cuerpo, aunque no pude deshacerme de aquella sensación de frío.
-Sólo por curiosidad –dije al emergerme del agua con una sonrisa-, ¿no tendrás uno para mí? –pregunté mientras me cruzaba de brazos sobre el bordillo de la piscina.

-Gracias –dije con una sonrisa-. El agua está divina –dije dándole una calada al cigarrillo-. ¿Te me unes? –pregunté mientras le veía regresar al camastro.
Moví mis piernas bajo el agua, solo por hacer, mientras fumaba mi cigarrillo.
-Cuanto a los enfermeros, la verdad es que aún no tuve el placer de que me visitasen, así que poco tengo que opinar cuanto a eso, pero, con los pocos que me crucé, parecían simpáticos –le miré-, cuanto a lo otro, no creo que todos los que aquí estén sean locos, puede que uno que otro, sí, pero no todos.. al menos.. ¡yo no lo estoy!

Vi que no estaba demasiado bien para entrar en el agua, pero cuando iba a decirle que mejor no se metiera él ya se había quitado la ropa, quedándose en bóxer. Me quedé mirando su cuerpo mientras se acercaba y se introducía en el agua, y lo que más me llamo la atención no fue su cuerpo, que por cierto no estaba nada mal, con tatuajes que le adornaban parte del cuello, brazos y espalda, fue las vendas que le cubría el costado derecho del torso.
Sonreí ante su comentario, y esperé a que emergiera para preguntarle que le había pasado en el torso.

Apoyé mi barbilla en los brazos y le di una calada a mi cigarrillo. Pude sentir como me miraba, aunque no le estaba mirando, simplemente lo sentía.
Dejé mi cigarrillo y empecé a nadar hacía atrás, moviendo los brazos y las piernas, para mantenerme al flote. Le miré con una sonrisa y me sumergí en el agua para volver a emergerme unos minutos después.
-De nueva York –dije-, ¿y tu?

Le miré y sonreí.
-Pues… digamos que soy algo problemática con las drogas –dije acercándome a él-, también con el alcohol.. y también con el sexo.
Después de mi respuesta me tomé mi tiempo para repasarlo con la mirada, me encantaba el tatuaje que le adornaba la espalda, y sin darme cuenta, le rodeé y pasé el dedo por ésta, y entonces volví a fijarme en que llevaba vendajes, algo mojados ahora.
-¿Qué te pasó ahí? –dije señalado su costado-, parece que te haya mordido algún animal.

Spoiler:

Así que sencillamente él era otro tanto como yo, o algo parecido.
Miré sus ojos, perdidos en sus pensamientos y palabras, supuse.
-Bueno… -no es que no creyera que los sitios como este no fuesen capaces de rehabilitar alguien, pero 3 de cada 10 personas salían de aquí rehabilitados, y yo no formaría parte de ésos 3-, la verdad es que no creo que salga de aquí como una ex-alcohólica, ex-drogadicta o lo que sea.. saldré.. no tal y cómo entré pero mis vicios serán los mismo, al igual que mis problemas. Cuando salga tendré que buscarme la vida igualmente, tal y como lo hice cuando me fui de casa. –Desvié la mirada, y la fijé en el otro canto de la piscina-. Comparto tu opinión… llevo unas semanas aquí y la verdad es que empiezo a odiar este sitio. Es… agobiante. ¿Cómo lo soportas? –pregunté volviendo mi mirada hacia él.