Ya hemos llegado...mamá...[Libre]

El autobús al final paró , y Alexander que estaba dentro de este decidió salir de una vez. A ver que exilio le habia preparado su madre. Toda la gente salió del autobus.
El se levantó de su asiento , cojió su chaqueta negra vaquera y se la puso , para luego cojer su mochila que estaba en el otro asiento y ponersela. Habia venido solo durante todo el trayecto y por ello aun no habia conocido a ninguna persona en su camino.

Dio unos pasos firmes, y con todo el barullo de la gente salió afuera, a la entrada del manicomio.
El cielo no presentaba ningun sol que respaldase, y mucho menos era dia de lluvia. Simplemente, habia nubes, nubes grises, que cubrian todo el lugar, dando así un panorama bastante tétrico y destartalado.

Miró a su alrededor...bueno, era hora de conocer gente, ¿no?

Las nubes llenaban el cielo en un mudo tropel de ovejas grises, sólo de vez en cuando algún grito rasgaba el cielo y lo iluminaba con furia, antes de que el cielo comenzara a llorar nuevamente. Will permanecía en silencio armónico con su entorno. Le gustaba la lluvia y le gustaban los días nublados... Si fuera a morir sería bueno hacerlo en un día como estos. Después de todo, la melancolía de un día lluvioso era totalmente compatible con el carácter de la chica. Caminaba sin rumbo, y más aún, sin importarle el estado de ensopamiento de sus ropas. Habían pasado ya un par de meses desde que había sido recluida aquí. Inicialmente no le había agradado la historia... pero ahora no era tan malo... Se detuvo en seco al percatarse de que había llegado a la entrada... eso era malo porque si el celador la pillaba ahí, sería castigada. Se dio la vuelta para regresar al Heaven cuando notó la presencia de un chico. Detuvo sus pasos una vez más y comenzó a observarlo discretamente. ¿Sería otro doctor? La apariencia del chico contradecía esa hipótesis. Lo más probable es que fuera otro interno. Uno recién llegado, ya que nunca lo había visto.