Alone [free]

Deambulaba, explorando, buscando o perdiendose, no era importante el motivo, ansiaba salir de ese sitio, o al menos encontrar paz con un poco de soledad. Necesito una linea, no podré seguir así por mucho quería dejar de pensar pero era imposible, su cuerpo le exigía consumir algo, el efecto de los sedantes se había pasado hace días, tal vez por eso se sentía tan perdida ahora, tan ansiosa, tal vez ese sentimiento la había llevado a los subterráneos de nuevo.
Era tenebroso, lugar perfecto para un filme de Hitchcock o mínimamente Saw, deseo estar en una película, al menos sabría que el final estaba cerca de una u otra forma, encendió un cigarrillo mientras se paseaba entre los viejos estantes y camillas destartaladas y algo la paralizó, no podía ser una visión, ella no estaba loca, a menos que este lugar la hubiera enloquecido.
-¿qué haces ahí... ratoncita?- débil, asustada.. que asco, ¿será que no se puede estar solo en este lugar jamas? Se acerco a ella, mirandola sin expectacion ni curiosidad

Giró solamente el rostro al escuchar los pasos, lo recorrió con la mirada, sus labios se separaron un poco sin palabras a soltar, paseo su lengua por los labios, desapareciendo la resequedad.
Genial.. otro loco pensó mientras se giraba por completo para ver mejor al recién llegado, su atractivo no disminuía por el viscoso liquido que goteaba del arma de su mano. -¿Y tu?- no había miedo -¿tampoco recuerdas como llegaste aquí?- sanatorio de mentes sin memorias, tal vez si sea el sitio para mi. Aspiro profundamente de su cigarro paseando su mirada entre ambos sujetos, se acercó otro poco a la chica y le ofrecio su mano libre -Anda, levántate de ahi, hace frío y sospecho el suelo no es nada cálido.-

Su pulso acelero en alerta, o eso creia, lo sentía en la garganta quemando junto a la mano de el, seguro también el lo sentiría, su voz melodiosa parecía un sereno arrullo, pero en realidad era una amenaza, podía saberlo en el fuego se su mirada aun mas que en la mano alzada que amenazaba con el martillo. Pero hubo algo mas, su piel se había erizado por unos instantes con el toque de los fríos dedos.
El se alejo, y la ira en en los puños de Aline se concentraba, habría soltado un primer puñetazo al rostro del atractivo joven, pero una voz la interrumpió, una que parecía venir de la niña asustadiza que minutos antes estaba en el suelo sollozando, pero no era ella, no podría, no era lógico, la busco con la mirada, mostrando los dientes y respirando con dificultad, no la tomarían por sorpresa de nuevo.
Levanto el dedo indice al estirar su brazo izquierdo, señalando al joven -Quien quiera que seas, no te atrevas a ponerme de nuevo un dedo encima, o quien saldrá de aquí en un ataúd serás tu- su voz era grave y su mirada no era fija, seguía observándolos a ambos de a poco a cada uno, no impregno agresividad a sus palabras, parecía un comentario suelto al aire, cuando aun tenia conciencia de si misma, antes que la ira la poseyera así lo prefería, serena hasta el punto sin retorno. Vio a la chica con curiosidad, no parecia ser la misma ¿qué pasa en este sitio de mierda? se preguntó en la mente.

Observó como la chica caminaba con lentitud parecía caminar suspendida en la nada, tomo el martillo y lo lamió con evidente placer. El gesto de Aline se tensó, sus labios se cerraron y sus ojos intentaban no evidenciar el ligero asco que tenia. -Aline, me llamo Aline- su voz firme, mas de lo que en realidad debería estar. Volvió la mirada de nuevo al chico, la ira se le escapaba de las manos volviéndose incertidumbre, tal vez ella tenia razón no debería estar aquí, pero no podría estar tampoco en otro lado. -Esta bien, sin crimen no hay culpa- le dijo y los puños se volvieron solo manos y no armas, pero no relajó la postura del cuerpo, no podia dejar de estar alerta ¿quien sabe como reaccionarán estos locos? no me fío que ella tenga el mazo en mano los pensamientos se le galopaban en la mente. Ahora los observo con mayor detenimiento ambos eran atractivos, sus voces dulces incitaban a confiar y pedirles mas de si, pero si algo había aprendido, es que este tipo de personas son de las que menos debes confiarte.

FDR: continuad vosotras, debo irme.