Marlene Müller
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Marlene Müller
Datos Personales:
-Nombre y apellidos del personaje:Marlene Elisabeth Müller Rosenthal.
-Edad: 22 años
-Actividad: Estudia
-Procedencia:Munich, Alemania
-Orientación sexual:Heterosexual, abierta a posibilidades
-Estado civil:Soltera
-Nivel de adquisitivo:Alto
-Descripción física:Marlene es una mujer alta,delgada, caucásica. Tiene ojos color azul, expresivos que pueden encerrar misterios, o bien, pueden estar tramando algo. Labios carnosos, sensuales, los cuales le gusta morder o humedecer cuando está nerviosa o tramando algo. Piernas largas, bien formadas, cuerpo delgado y escultural. Posee un largo cabello negro, lacio.
-Descripción psicológica:Mar es una chica irónica, sarcástica. Su personalidad va a variar dependiendo del estado de ánimo que tenga. Como puede ser reservada, puede cambiar a ser completamente lo contrario. Extrovertida, con un sentido del humor profundamente negro. Ella va a disfrutar de ver la desgracia de los demás. Indiferente. Si tú dices negro ella te dirá blanco, gris, o si se le pega la gana, rosa. No tolera que le digan que hacer o como debe comportarse, entre más le digan que no haga algo más lo hará.
Tiene una profunda afición hacia el sexo, ella disfruta, y necesita estar siempre con alguien. Megálomana, en su retorcido mundo ella es la mejor en todo, y si alguien la contradice la ira es tal que puede aventar lo que tenga a su alcance, romper cualquier cosa o bien, tomarlo como si no le hubiera dicho nada con total indiferencia. No confia en absolutamente nadie.
-Historia: La historia de Marlene comienza un 22 de noviembre cuando volvía de su casa de vuelta del colegio donde estaba estudiando. Ella siempre había sido una chica atractiva, bonita, simpática. La clase de chica que siempre tenía lo que quería. Su vida hasta ese momento había sido perfecta sin preocupaciones más que cuál sería su siguiente cita o el siguiente vestido que tendría que comprarse.
A partir de este día nada volvería a ser como antes.
Ella solía pasar la mayor parte del tiempo sola y no le importaba en absoluto, siempre tenía algo en que entretenerse o alguien con quién jugar –como ella solía decir.-. Este día Mar se había quedado hasta muy tarde en el colegio editando unas fotografías que era en una de las tantas actividades en las que solía ocupar su tiempo libre, pero lo que ella no sabía era que alguien más tenía una mal sana obsesión con ella. Se trataba de Hans, el era el típico chico popular, atlético, por el cual todas las jóvenes morían. Todas menos ella, en el pasado sí, habían tenido algo que ver, pero ella jamás lo había tomado en serio. Tan solo lo había tomado como una noche más de sexo casual. Nada lo cual mereciera su atención. Lo que ella no sabía era que apartir de esa noche Hans se había obsesionado, la vigilaba a cada paso. En más de una ocasión había golpeado y amenazado a cualquier joven que osara a acercarse a ella, claro esto siempre y cuando Marlene no se encontrara cerca. Ante ella parecía ser el mismo patán de instituto aparentemente inofensivo.
Eran cerca de las 7 de la noche cuando Marlene finalmente había terminado de editar al menos por el día de hoy. Cerró el programa que tenía para editar, apagó y guardó su laptop en el bolso de una reconocida marca, para finalmente tomar sus cosas y salir de aquel salón donde se encontraba. Mientras tanto en el estacionamiento la aguardaba Hans, el había decidido que esa noche ella volvería a ser suya sin importar nada. Ella le pertenecía y si no era de él no sería de nadie más.
Los pasos de Mar eran firmes, elegantes, coquetos y sensuales por naturaleza, en algunas ocasiones ni siquiera lo hacía intencional, aquello tan solo formaba parte de ella. Al llegar hasta su automóvil alcanzó a escuchar algunos ruidos –no les prestó importancia- hasta que los pasos eran más y más cercanos. De pronto unas manos la tomaron por la fuerza y la arrastraron hasta el interior de una van. La puerta se cerró con fuerza. Ella intentó gritar, pero lo único que consiguió fue que su agresor le diera una bofetada que la dejó inconciente. Sobra decir lo que ocurrió aquella noche. Después de que la usó en todas las formas posibles, Marlene fue botada en las afueras de la ciudad, con la ropa sucia, ensangrentada, su rostro estaba lleno de hematomas. Sentía frío, mucho frío; sin embargo el único pensamiento que pasaba por su mente era matar, desquitarse de lo que le habían hecho. Ella deseaba con todas sus fuerzas poder encontrar a su agresor y hacerlo sufrir lenta y dolorosamente todo lo que le había hecho pasar.
Finalmente una luz se orilló en el camino donde había sido dejada. El chico que se había detenido a ayudarla, la cargó con sumo cuidado y la introdujo a su automóvil para llevarla al hospital más cercano. Fue casi una semana lo que Mar estuvo internada. Al principio ella se sintió morir, llegó a pensar que lo mejor habría sido eso, pero después la sed de venganza se fue incrementando.
Omar, quien la había rescatado de aquella casi inminente muerte se había preocupado por ella. Había ido a visitarla cada día desde que la llevó al hospital, le llevaba flores, tarjetas, y algún regalo que se le ocurriera con tal de verla sonreír. Finalmente la amistad entre ellos fue creciendo. Marlene le empezó a tomar un gran cariño que poco a poco fue creciendo y creciendo hasta convertirse en algo más. Los días pasaron y ella fue dada de alta. En el instituto se comentaba en los pasillos aquella trágica forma en la que Marlene Müller había sido encontrada. Al principio no le daba importancia, le daba igual por completo. Ella tenía una nueva razón para asistir al instituto y levantarse cada día, esa razón se llamaba Omar. Con lo que no contaba era que el solo había sido amable con ella, no le había tenido lastima. Aquello habría sido horrible, el realmente quería ayudarla y se había preocupado. El tenía una novia, su pareja de toda la vida, Giselle. Marlene tomó esto de la peor forma posible, para ella Giselle le estaba robando la atención de lo que más quería. Omar se dedicaba solo a ella, la procuraba a ella haciendo que Mar pasara a segundo termino.
Esto le cayó como un balde de agua fría a Marlene. Corrió hacia los baños del lugar bañada en llanto y al llegar estrelló su puño contra el espejo que estaba encima del lavabo. La sangre corría por todo su antebrazo, el dolor físico era nada al dolor que ahora la estaba consumiendo. Apretó los dientes con fuerza y entró a uno de los cubículos por algo de papel y así poder detener la hemorragia aplicando algo de presión. Al salir dijo que aquel había sido un accidente. Omar corrió a la dirección en dónde se encontraba, al menos había servido para llamar su atención. Ella volvió a sonreír y por un momento se sintió feliz.
A partir de este momento sería el inicio de la obsesión de ella hacia el, y del infierno para él. Siempre buscaba la forma de llamar su atención, a veces lastimándose o autoinfringiéndose dolor, fuera lo que fuera el siempre estaba ahí para ayudarla hasta que Giselle empezó a notar las miradas de Marlene hacia el y las sonrisas de satisfacción cada que él estaba con ella. Aquello le parecía sospechoso, llegó a comentárselo a Omar y él solo decía que ella necesitaba ayuda, que lo que le había ocurrido era grave, que no tenía nada por que preocuparse que tan solo estaba agradecida. Todo estaba bajo control. Claro eso había sido hasta antes de que Marlene se enterara que ellos dos planeaban ir a vivir juntos, y más adelante, llegar a unir sus vidas.
Aquello desquició por completo a Marlene, tenía que encontrar la forma de estar con él. Ella no se lo podía quitar, no podían arrebatarle lo único que verdaderamente le importaba. Ante los ojos de los demás ella siguió siendo la misma chica de siempre, la víctima que casi había perdido la vida por un desgraciado.
Un buen día cansada de ver las demostraciones de amor que tenían Omar y Giselle en público decidió que era tiempo de terminar con aquello. Él le pertenecía, esa podría ser ella. No lo merecía. Tenía que terminar con ella a como diera lugar. Algo que tenían en común las dos era el gusto por la natación, además de Omar, por supuesto. Marlene buscó la manera de hacerse amiga de Giselle a como diera lugar, así Omar no sospecharía nada y le daría gusto que las dos mujeres que le importaban se llevaran bien.
Marlene llegó a la alberca techada, como siempre con una sonrisa. Saludó a Giselle con un beso en la mejilla, como si fueran las mejores amigas. Era tarde, de hecho eran las únicas que quedaban en aquel lugar. Le habían pedido a Omar fuera por algo de tomar para las dos, café quizá para que así pudieran terminar aquel trabajo que tenían en equipo.
Al salir de los vestidores Marlene vio a Giselle caminando cerca del borde de la alberca. No lo pensó dos veces y la empujó haciendo que su cabeza chocara al caer contra el borde de la alberca. El impacto hizo que Giselle empezara a desangrarse. Marlene empezó a reír y con toda la calma del mundo se metió a la alberca solo para volver a tomar a Giselle y estrellarla con todas sus fuerzas de nuevo contra aquel borde. La sangre seguía escurriendo, era obvio que Giselle no había sobrevivido a semejantes golpes, mientras tanto Marlene seguía riendo, esta no era ella, pero a la par que reía las lagrimas escurrían por su rostro. Estaba descargando toda su ira. Finalmente cuando terminó de impactar el cráneo de Giselle, la sacó fuera de la alberca y se sentó a su lado con las piernas cruzadas mientras continuaba llorando como aquella noche. Ahora pensaba que nada impediría que estuviera junto a Omar. No pasó más tiempo para que el llegara. La escena que Omar encontró fue trágica, se aterró y quedó destrozado, ella lloraba desconsolada, le decía que había sido un accidente, el le creía, pero los demás no. Decían que estaba desquiciada, que lo había hecho apropósito. Él estaba demasiado destrozado como para poder interceder por ella.
La acusaron, después de ese momento fue recluida, dijeron que era necesario tratarla mientras se descubría cual había sido la verdad de lo que había ocurrido.
Familiares:Los Müller
-Pertenencias: Su cámara fotográfica
~Una pulsera regalo de Omar
~Un collar que le quitó a Giselle después de morir
Expediente:
-Motivos por el cual está aquí: ~Enfermedad mental.
~Adicción al sexo
~Personalidad múltiple
-Antecedentes: ~Criminales
~Psicológicos
Extra:Le gusta la natación
Ama la fotografía
Le encanta editar
Le gustan mucho usar zapatillas de tacón alto
Cada que puede fuma, siente que eso la libera
Ella cree que algún día volverá a estar con Omar
Espera a salir para poder vengarse de Hans finalmente.
-Nombre y apellidos del personaje:Marlene Elisabeth Müller Rosenthal.
-Edad: 22 años
-Actividad: Estudia
-Procedencia:Munich, Alemania
-Orientación sexual:Heterosexual, abierta a posibilidades
-Estado civil:Soltera
-Nivel de adquisitivo:Alto
-Descripción física:Marlene es una mujer alta,delgada, caucásica. Tiene ojos color azul, expresivos que pueden encerrar misterios, o bien, pueden estar tramando algo. Labios carnosos, sensuales, los cuales le gusta morder o humedecer cuando está nerviosa o tramando algo. Piernas largas, bien formadas, cuerpo delgado y escultural. Posee un largo cabello negro, lacio.
-Descripción psicológica:Mar es una chica irónica, sarcástica. Su personalidad va a variar dependiendo del estado de ánimo que tenga. Como puede ser reservada, puede cambiar a ser completamente lo contrario. Extrovertida, con un sentido del humor profundamente negro. Ella va a disfrutar de ver la desgracia de los demás. Indiferente. Si tú dices negro ella te dirá blanco, gris, o si se le pega la gana, rosa. No tolera que le digan que hacer o como debe comportarse, entre más le digan que no haga algo más lo hará.
Tiene una profunda afición hacia el sexo, ella disfruta, y necesita estar siempre con alguien. Megálomana, en su retorcido mundo ella es la mejor en todo, y si alguien la contradice la ira es tal que puede aventar lo que tenga a su alcance, romper cualquier cosa o bien, tomarlo como si no le hubiera dicho nada con total indiferencia. No confia en absolutamente nadie.
-Historia: La historia de Marlene comienza un 22 de noviembre cuando volvía de su casa de vuelta del colegio donde estaba estudiando. Ella siempre había sido una chica atractiva, bonita, simpática. La clase de chica que siempre tenía lo que quería. Su vida hasta ese momento había sido perfecta sin preocupaciones más que cuál sería su siguiente cita o el siguiente vestido que tendría que comprarse.
A partir de este día nada volvería a ser como antes.
Ella solía pasar la mayor parte del tiempo sola y no le importaba en absoluto, siempre tenía algo en que entretenerse o alguien con quién jugar –como ella solía decir.-. Este día Mar se había quedado hasta muy tarde en el colegio editando unas fotografías que era en una de las tantas actividades en las que solía ocupar su tiempo libre, pero lo que ella no sabía era que alguien más tenía una mal sana obsesión con ella. Se trataba de Hans, el era el típico chico popular, atlético, por el cual todas las jóvenes morían. Todas menos ella, en el pasado sí, habían tenido algo que ver, pero ella jamás lo había tomado en serio. Tan solo lo había tomado como una noche más de sexo casual. Nada lo cual mereciera su atención. Lo que ella no sabía era que apartir de esa noche Hans se había obsesionado, la vigilaba a cada paso. En más de una ocasión había golpeado y amenazado a cualquier joven que osara a acercarse a ella, claro esto siempre y cuando Marlene no se encontrara cerca. Ante ella parecía ser el mismo patán de instituto aparentemente inofensivo.
Eran cerca de las 7 de la noche cuando Marlene finalmente había terminado de editar al menos por el día de hoy. Cerró el programa que tenía para editar, apagó y guardó su laptop en el bolso de una reconocida marca, para finalmente tomar sus cosas y salir de aquel salón donde se encontraba. Mientras tanto en el estacionamiento la aguardaba Hans, el había decidido que esa noche ella volvería a ser suya sin importar nada. Ella le pertenecía y si no era de él no sería de nadie más.
Los pasos de Mar eran firmes, elegantes, coquetos y sensuales por naturaleza, en algunas ocasiones ni siquiera lo hacía intencional, aquello tan solo formaba parte de ella. Al llegar hasta su automóvil alcanzó a escuchar algunos ruidos –no les prestó importancia- hasta que los pasos eran más y más cercanos. De pronto unas manos la tomaron por la fuerza y la arrastraron hasta el interior de una van. La puerta se cerró con fuerza. Ella intentó gritar, pero lo único que consiguió fue que su agresor le diera una bofetada que la dejó inconciente. Sobra decir lo que ocurrió aquella noche. Después de que la usó en todas las formas posibles, Marlene fue botada en las afueras de la ciudad, con la ropa sucia, ensangrentada, su rostro estaba lleno de hematomas. Sentía frío, mucho frío; sin embargo el único pensamiento que pasaba por su mente era matar, desquitarse de lo que le habían hecho. Ella deseaba con todas sus fuerzas poder encontrar a su agresor y hacerlo sufrir lenta y dolorosamente todo lo que le había hecho pasar.
Finalmente una luz se orilló en el camino donde había sido dejada. El chico que se había detenido a ayudarla, la cargó con sumo cuidado y la introdujo a su automóvil para llevarla al hospital más cercano. Fue casi una semana lo que Mar estuvo internada. Al principio ella se sintió morir, llegó a pensar que lo mejor habría sido eso, pero después la sed de venganza se fue incrementando.
Omar, quien la había rescatado de aquella casi inminente muerte se había preocupado por ella. Había ido a visitarla cada día desde que la llevó al hospital, le llevaba flores, tarjetas, y algún regalo que se le ocurriera con tal de verla sonreír. Finalmente la amistad entre ellos fue creciendo. Marlene le empezó a tomar un gran cariño que poco a poco fue creciendo y creciendo hasta convertirse en algo más. Los días pasaron y ella fue dada de alta. En el instituto se comentaba en los pasillos aquella trágica forma en la que Marlene Müller había sido encontrada. Al principio no le daba importancia, le daba igual por completo. Ella tenía una nueva razón para asistir al instituto y levantarse cada día, esa razón se llamaba Omar. Con lo que no contaba era que el solo había sido amable con ella, no le había tenido lastima. Aquello habría sido horrible, el realmente quería ayudarla y se había preocupado. El tenía una novia, su pareja de toda la vida, Giselle. Marlene tomó esto de la peor forma posible, para ella Giselle le estaba robando la atención de lo que más quería. Omar se dedicaba solo a ella, la procuraba a ella haciendo que Mar pasara a segundo termino.
Esto le cayó como un balde de agua fría a Marlene. Corrió hacia los baños del lugar bañada en llanto y al llegar estrelló su puño contra el espejo que estaba encima del lavabo. La sangre corría por todo su antebrazo, el dolor físico era nada al dolor que ahora la estaba consumiendo. Apretó los dientes con fuerza y entró a uno de los cubículos por algo de papel y así poder detener la hemorragia aplicando algo de presión. Al salir dijo que aquel había sido un accidente. Omar corrió a la dirección en dónde se encontraba, al menos había servido para llamar su atención. Ella volvió a sonreír y por un momento se sintió feliz.
A partir de este momento sería el inicio de la obsesión de ella hacia el, y del infierno para él. Siempre buscaba la forma de llamar su atención, a veces lastimándose o autoinfringiéndose dolor, fuera lo que fuera el siempre estaba ahí para ayudarla hasta que Giselle empezó a notar las miradas de Marlene hacia el y las sonrisas de satisfacción cada que él estaba con ella. Aquello le parecía sospechoso, llegó a comentárselo a Omar y él solo decía que ella necesitaba ayuda, que lo que le había ocurrido era grave, que no tenía nada por que preocuparse que tan solo estaba agradecida. Todo estaba bajo control. Claro eso había sido hasta antes de que Marlene se enterara que ellos dos planeaban ir a vivir juntos, y más adelante, llegar a unir sus vidas.
Aquello desquició por completo a Marlene, tenía que encontrar la forma de estar con él. Ella no se lo podía quitar, no podían arrebatarle lo único que verdaderamente le importaba. Ante los ojos de los demás ella siguió siendo la misma chica de siempre, la víctima que casi había perdido la vida por un desgraciado.
Un buen día cansada de ver las demostraciones de amor que tenían Omar y Giselle en público decidió que era tiempo de terminar con aquello. Él le pertenecía, esa podría ser ella. No lo merecía. Tenía que terminar con ella a como diera lugar. Algo que tenían en común las dos era el gusto por la natación, además de Omar, por supuesto. Marlene buscó la manera de hacerse amiga de Giselle a como diera lugar, así Omar no sospecharía nada y le daría gusto que las dos mujeres que le importaban se llevaran bien.
Marlene llegó a la alberca techada, como siempre con una sonrisa. Saludó a Giselle con un beso en la mejilla, como si fueran las mejores amigas. Era tarde, de hecho eran las únicas que quedaban en aquel lugar. Le habían pedido a Omar fuera por algo de tomar para las dos, café quizá para que así pudieran terminar aquel trabajo que tenían en equipo.
Al salir de los vestidores Marlene vio a Giselle caminando cerca del borde de la alberca. No lo pensó dos veces y la empujó haciendo que su cabeza chocara al caer contra el borde de la alberca. El impacto hizo que Giselle empezara a desangrarse. Marlene empezó a reír y con toda la calma del mundo se metió a la alberca solo para volver a tomar a Giselle y estrellarla con todas sus fuerzas de nuevo contra aquel borde. La sangre seguía escurriendo, era obvio que Giselle no había sobrevivido a semejantes golpes, mientras tanto Marlene seguía riendo, esta no era ella, pero a la par que reía las lagrimas escurrían por su rostro. Estaba descargando toda su ira. Finalmente cuando terminó de impactar el cráneo de Giselle, la sacó fuera de la alberca y se sentó a su lado con las piernas cruzadas mientras continuaba llorando como aquella noche. Ahora pensaba que nada impediría que estuviera junto a Omar. No pasó más tiempo para que el llegara. La escena que Omar encontró fue trágica, se aterró y quedó destrozado, ella lloraba desconsolada, le decía que había sido un accidente, el le creía, pero los demás no. Decían que estaba desquiciada, que lo había hecho apropósito. Él estaba demasiado destrozado como para poder interceder por ella.
La acusaron, después de ese momento fue recluida, dijeron que era necesario tratarla mientras se descubría cual había sido la verdad de lo que había ocurrido.
Familiares:Los Müller
-Pertenencias: Su cámara fotográfica
~Una pulsera regalo de Omar
~Un collar que le quitó a Giselle después de morir
Expediente:
-Motivos por el cual está aquí: ~Enfermedad mental.
~Adicción al sexo
~Personalidad múltiple
-Antecedentes: ~Criminales
~Psicológicos
Extra:Le gusta la natación
Ama la fotografía
Le encanta editar
Le gustan mucho usar zapatillas de tacón alto
Cada que puede fuma, siente que eso la libera
Ella cree que algún día volverá a estar con Omar
Espera a salir para poder vengarse de Hans finalmente.
Marlene Müller- Mensajes : 17
Edad : 38
Localización : En tu mente
Empleo /Ocio : Estudiante
Humor : Impredecible
Re: Marlene Müller
La cámara fotográfica esta prohibida por el reglamento del instituto.
El collar podría ser usado como arma.
Ambas cosas son guardadas por la administración en un sobre amarillo con tus datos que se te regresará al salir sana de Lost Heaven.
ficha aceptada~~
BIENVENIDA!
El collar podría ser usado como arma.
Ambas cosas son guardadas por la administración en un sobre amarillo con tus datos que se te regresará al salir sana de Lost Heaven.
ficha aceptada~~
BIENVENIDA!
Sarha HolmesVigilantes - Mensajes : 101
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