Vulnerable
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Vulnerable
Abre los ojos y advierte que es otro día más, otra oportunidad más de salir de ese lugar. Secretamente se pregunta si tendrá alguna visita, pero descarta de inmediato esa idea al sentirse vulnerable. Avienta el edredón que la protege del frío glacial que envuelve a la habitación y se apresura a entrar al baño. Se da una ligera ducha y se pone el traje de baño, cubriendo su cuerpo con una bata corta de baño. Después sale de su habitación camino a la piscina.
Es temprano aún y los pasillos se encuentran despejados, pero conforme se va acercando a las áreas comunes, nota que la luz comienza a inundar su visión. Entrecierra los ojos y se desvía por otro corredor hasta que topa con la puerta que divide a la piscina techada del resto del edificio. Empuja la pesada puerta y entra.
Solo. Siempre se encuentra solo y ella suspira aliviada, pero también un poco decepcionada; hace días que no habla con nadie y por una vez quisiera encontrarse a alguién. Se encamina hasta el área de descanso y deja su bata sobre la silla de siempre, a un lado de la mesa de siempre. Entonces camina hasta el borde de la alberca y sin más, se tira dentro.
El agua helada la acuchilla en un principio, pero conforme se obliga a nadar a pesar del frío, se va tornando soportable hasta que es tan cálida para ella como si la calefacción estuviera encendida. Podría pedirle a los de mantenimiento que la tengan lista para la hora en que ella nada, pero le gusta así. Ese pequeño dolor al empezar el día, le recuerda que sigue viva y sobre todo, cuerda. Ella no cree que deba estar ahi, pero lo ha aceptado para que su madrela deje en paz, pero lo que comenzaron como unas exóticas vacaciones, están convirtiéndose en un suplicio que no sabe cuánto mas soportará.
Ilythia se siente sola, se siente triste y eso le molesta, el darse cuenta que no es tan fuerte como creía. Enojada, nada con más impetú y cruza varias veces la alberca hasta que se siente cansada; es entonces que regresa a la orilla y lentamente comienza a salir, acomodando su cabello haca atrás, al tiempo que sube uno a uno los escalones hasta salir por completo y tomar la bata para arroparse en ella.
Cada manaña es un ritual que la joven cumple sin demora. Y cada mañana es igual, a excepción de ésta, que alguién la observa.
Es temprano aún y los pasillos se encuentran despejados, pero conforme se va acercando a las áreas comunes, nota que la luz comienza a inundar su visión. Entrecierra los ojos y se desvía por otro corredor hasta que topa con la puerta que divide a la piscina techada del resto del edificio. Empuja la pesada puerta y entra.
Solo. Siempre se encuentra solo y ella suspira aliviada, pero también un poco decepcionada; hace días que no habla con nadie y por una vez quisiera encontrarse a alguién. Se encamina hasta el área de descanso y deja su bata sobre la silla de siempre, a un lado de la mesa de siempre. Entonces camina hasta el borde de la alberca y sin más, se tira dentro.
El agua helada la acuchilla en un principio, pero conforme se obliga a nadar a pesar del frío, se va tornando soportable hasta que es tan cálida para ella como si la calefacción estuviera encendida. Podría pedirle a los de mantenimiento que la tengan lista para la hora en que ella nada, pero le gusta así. Ese pequeño dolor al empezar el día, le recuerda que sigue viva y sobre todo, cuerda. Ella no cree que deba estar ahi, pero lo ha aceptado para que su madrela deje en paz, pero lo que comenzaron como unas exóticas vacaciones, están convirtiéndose en un suplicio que no sabe cuánto mas soportará.
Ilythia se siente sola, se siente triste y eso le molesta, el darse cuenta que no es tan fuerte como creía. Enojada, nada con más impetú y cruza varias veces la alberca hasta que se siente cansada; es entonces que regresa a la orilla y lentamente comienza a salir, acomodando su cabello haca atrás, al tiempo que sube uno a uno los escalones hasta salir por completo y tomar la bata para arroparse en ella.
Cada manaña es un ritual que la joven cumple sin demora. Y cada mañana es igual, a excepción de ésta, que alguién la observa.
Re: Vulnerable
Desde que había entrado a aquel lugar sus días eran iguales, llenos de enredos, violencia, ausencia de si misma, cambio de humor constante, su enfermedad en vez de curarse se desarrollaba más. Ella necesitaba desaparecer de aquel pequeño mundo dentro de aquel castillo, pero eso no era posible cuando él la vigilaba. No sólo a ella, a todos, el solo pensar que la seguía viendo, que no pagaba aun lo que había hecho la hacía sentir demasiado coraje, demasiada rabia, y demasiado odio hacía él.
Por lo regular ella no dormía en su cuarto, prefería caminar por los pasillos de noche y cuando el cansancio sobrepasara los limites era ahí en el primer rincón que encontrara cuando se quedaba dormida, podía ser ilógico pero para ella eso era seguro. La noche anterior había pasado lo mismo, la chica se había quedado dormida en el taller de música, pero los rayos del sol la despertaron a la primera hora del día. Se froto los ojos, miró a su alrededor queriendo notar si alguien la había descubierto, pero al ver que no había nadie se levantó contenta caminando por los pasillos del lugar.
A pesar de no conocer a todos los habitantes de aquel lugar, las voces podían correr demasiado rápido, sin importar que y para quien corría el mensaje, mucho menos el contenido. Berryman se sentía demasiado avergonzada de lo que había pasado en la detención, de hecho cada mirada dirigida a ella, por más mínima que fuera la hacía sentir humillada. Y las lágrimas que con anterioridad se había guardado, salían en automático. Pero este día no se dejaría pasar por aquel dolor, por lo que escondería de todos. Escapando a uno de los lugares menos frecuentados de lugar.
Camino sin parar, sin ni siquiera querer reconocer a alguien, subió a su cuarto por algo de ropa para entrar a la alberca, salió rápidamente entrando a ese lugar, para su sorpresa había alguien. Se detuvo en la entrada dudando su era bueno permanecer ahí o regresar a su habitación, pero después de meditarlo por unos momentos, supuso que no era mala idea quedarse, tal vez la chica que estaba ahí estaba buscando un refugio tal y como ella lo buscaba. Se limito a sonreír y entrar de manera sigilosa y tranquila hasta sentarse en una mesa lejana.
Nadine había llegado a ese lugar intentando relajar su cuerpo, queriendo mostrarlo para ella, tenia pena de mostrar las marcas de aquella noche, pero ya que estaba en ese lugar era mejor meterse al agua a quedarse con las ganas. Se quito la blusa y el pantalón de pijama dejando ver aquel traje de baño. Antes de meterse al agua observo con tranquilidad a la chica - ¿Interrumpo? - Pregunto metiendo los pies y sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
Por lo regular ella no dormía en su cuarto, prefería caminar por los pasillos de noche y cuando el cansancio sobrepasara los limites era ahí en el primer rincón que encontrara cuando se quedaba dormida, podía ser ilógico pero para ella eso era seguro. La noche anterior había pasado lo mismo, la chica se había quedado dormida en el taller de música, pero los rayos del sol la despertaron a la primera hora del día. Se froto los ojos, miró a su alrededor queriendo notar si alguien la había descubierto, pero al ver que no había nadie se levantó contenta caminando por los pasillos del lugar.
A pesar de no conocer a todos los habitantes de aquel lugar, las voces podían correr demasiado rápido, sin importar que y para quien corría el mensaje, mucho menos el contenido. Berryman se sentía demasiado avergonzada de lo que había pasado en la detención, de hecho cada mirada dirigida a ella, por más mínima que fuera la hacía sentir humillada. Y las lágrimas que con anterioridad se había guardado, salían en automático. Pero este día no se dejaría pasar por aquel dolor, por lo que escondería de todos. Escapando a uno de los lugares menos frecuentados de lugar.
Camino sin parar, sin ni siquiera querer reconocer a alguien, subió a su cuarto por algo de ropa para entrar a la alberca, salió rápidamente entrando a ese lugar, para su sorpresa había alguien. Se detuvo en la entrada dudando su era bueno permanecer ahí o regresar a su habitación, pero después de meditarlo por unos momentos, supuso que no era mala idea quedarse, tal vez la chica que estaba ahí estaba buscando un refugio tal y como ella lo buscaba. Se limito a sonreír y entrar de manera sigilosa y tranquila hasta sentarse en una mesa lejana.
Nadine había llegado a ese lugar intentando relajar su cuerpo, queriendo mostrarlo para ella, tenia pena de mostrar las marcas de aquella noche, pero ya que estaba en ese lugar era mejor meterse al agua a quedarse con las ganas. Se quito la blusa y el pantalón de pijama dejando ver aquel traje de baño. Antes de meterse al agua observo con tranquilidad a la chica - ¿Interrumpo? - Pregunto metiendo los pies y sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
Dagmar BiermannResidentes - Mensajes : 260
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