Unas palabras... ¿o algo más?

por **Ilythia Leviatan** Sáb Nov 06, 2010 5:51 am

Es de madrugada cuando las brazadas que Ilythia da en el agua, comienzan a formar parte de los sonidos naturales de la noche dando paso al día. El sol sin calidez está saliendo y la luna continua en el cielo, un tono rojizo anuncia un nuevo día... aunque para ella es igual que si anunciara la noche; no se rije por relojes o estaciones, se rije por sus deseos y necesidades. Y el nadar es una de ellas.

El agua de la alberca está un poco fría, pero es de esta manera que le agrada, porque su cuerpo entero se tensa y relaja al mismo tiempo. Cada mañana antes de que los demás "despierten", le agrada nadar sola. Es su momento personal, su instante de reflexión.

Finalmente siente que es hora de dejar su pasatiempo. Sale de la alberca, toma la toalla que está cercana a la orilla, descansando sobre una silla y empieza a secar su cuerpo. Entonces lo nota, esa misma presencia, que mañana a mañana, le anuncia que el día comienza; después de nadar ella, por lo general es la persona que hoy tiene ante si, la que gusta de ejercitarse un poco antes del desayuno.

A punto estuvo de pasar de largo como cada mañana pero hoy es diferente, hoy le apetece charlar. Una plática vana, una plática intensa o un simple cotilleo, pero quiere hablar, necesita hacerlo o estallará.

Enarbola la toalla en la mano izquierda y extiende la diestra~ Buenos días... parece que hoy se te han pegado las sábanas... o tal vez una de las tantas personas que viven en este lugar, te ha distraído camino aquí ~Lo dice sonriendo y termina de secarse el cabello, mirándo fijamente con sus ojos azul claro el cuerpo de la joven, mientras pronuncia con orgullo~ Ilythia Leviatan, un placer.

por **Elizabeth Marie Kingsbury** Dom Nov 07, 2010 1:42 am

hasta hacia unos minutos Marie había ordenado en aquel cuerpo, recordando que ese era el templo de su creador y que debía mantenerlo en condiciones optimas, su madre misma le había inculcado eso, mente sana en cuerpo sano... cansancio suficiente para evitar pensar en el pecado. No, Marie Kingsbuy no quería pecar más, y a cambio.... a cambio haría lo que fuera necesario para lograrlo, una buena rutina de ejercicios antes de que el sol saliera era una buena opción.

Pero Marie Kingsbury había desaparecido en un momento poco normal, Elizabeth no era del tipo que le gustara despertar temprano a menos que fuera algo bueno.

El primer pensamiento de Elizabeth fue no demasiado complaciente, pero al menos sabía que si había hecho ejercicio su cuerpo se lo agradecería.. una buena figura podía hacer maravillas para el poder manipular a los demás... conseguir todo lo que se quiere a cambio de todo lo que se tiene.. un precio que en realidad le parecía estar a su favor.

hasta que.. una chica, una que no había visto en la piscina, porque claro Elizabeth jamás se levantaba para lograr avistarla.. una piel húmeda en un lugar frío... seguro querría morir. Sonrío un poco al pensarlo, de todas maneras.. aquel estúpido lugar era una casa de locos, razono ella.

evaluando a esa rubia de cabellos húmedos mientras la escuchaba hablar, Elizabeth se acerco, lenta y seguramente, mientras que su rostro pasaba de el sarcasmo y burla enteros a algo políticamente correcto -buen día Ilythya- extendió su mano y no continuo hasta estrechársela, mojándose ella también -soy Elizabeth, Elizabeth Kingsbury y estoy segura, no te eh visto antes aqui y mucho menos y sobre las sabanas, si.. las sabanas siempre son deliciosas- una sonrisa más amplia y encantadora se dibujo en sus labios mientras examinaba a su interlocutora y la catalogaba en los grandes grupos en los que clasificaba idiotas, ovejas, manejables, perdedores... gente con cierto potencial.... aun no la colocaba por completo en algún sitio. Desvío la mirada a la piscina y le pareció un abuso -linda manera de despertar las terminaciones nerviosas, Ilythia-

por **Ilythia Leviatan** Dom Nov 07, 2010 3:49 am

Ilythia sigue la mirada de la castaña y ve que el agua gélida de la piscina, es su preocupación. Sonríe con sencillez y comenta~ Elizabeth, nadar por la mañana es muy adecuado; creo que nos da un poco de sensaciones que nada más puede ~Arruga un poco su naríz al complementar~ Sobre todo en este lugar perdido, en donde no pasa algo interesante jamás.

Dicho esto avanza unos pasos hasta la silla donde estaba su toalla hasta hacia unos momentos. Toma del asiento otra toalla perfectamente doblada y se envuelve en ella, arrojando la mojada dentro de un contenedor adecuado para eso. Se vuelve hacia Elizabeth y con su mano izquierda señala la alberca~ El agua es fría y conforme pasa la mañana se pone más aún ~Dice con ese tono de voz que utiliza cuando quiere dejar algo en claro~ Asi que te recomiendo que si vas a nadar, lo hagas ahora o no soportarás hacerlo, hasta que suban la temperatura del agua... lo cual pasará dentro de pocos minutos ~La joven finge ver un imaginario reloj sobre su muñeca y por un segundo, un solo segundo extraña ese accesorio que antes usaba solo por esquema personal. Suspira con resignación y levanta la mirada, buscando esos enormes relojes que estan en cada habitación del castillo, como si quisieran recordarle que su tiempo en ese hospital, es eterno~ De hecho en 15 o 20 minutos, el encargado vendrá, asi que, ¿por qué no te sientas conmigo un rato? ~Hace un ademán con su cabeza, indicando la silla su lado y añade~ A menos que quieras congelarte también... tu decides, Elizabeth ~Ilythia le sonríe de manera encantadora; justo de esa manera en que le sonreía a las chicas cuando alguna le parecía bella. No es que le gusten las mujeres, sino que sabe reconocer cuando son hermosas... faltaba ver si ésta también era interesante. Al menos lo suficiente para entrenerla un rato antes del desayuno.

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