Una noche más y las estrellas no aparecen. -Ocupado-

por **Ion Lion** Jue Nov 11, 2010 3:13 pm

Un paseo en un viernes por la noche, como solíamos hacerlo siempre mi hermano y yo. Un local nuevo, oh, wow. Me bajo de la moto que deja huellas simétricas sobre la nieve. El letrero es perfecto y quede de pie mirándolo. Regreso más tarde, escucho a mi hermano decir en la lejanía y con mís maletas entro a ese lugar. No es lo mismo que en otros días, hay mucha nieve y el frio me congela los dedos. Son días y días que en el cielo no aparecen las estrellas, por el clima, me gusta la nieve y últimamente cae mucho del espacio sideral, tal vez pronto vendrá una nave y me recogerá con platillos de colores, con simetría y osos con anteojos tendrán trajes de astronautas. Mis pasos son dóciles dirigiéndome aquel lugar. No lo conocía, espero que no tengan sillas de hielo donde se te congela el trasero y se te hace paleta de coco.

La música es agradable, la gente es sencilla y solo camino pensando en una malteada de chocolate con chispas de colores. Pero me dan un cubiculo extraño donde me debo quedar, me quitaron mis ojos y solo observo plano. Al menos hay una ventana. Estoy abrigada hasta la coronilla, con la piel helada y ruborizada. El frio incrementa su presencia en estos días y mi padre solo me dice que debo de comer. No tengo hambre. He comido, aunque no recuerdo cuando fue la última vez que lo hice. Giro sobre mi cama divertida y observo el techo con una sonrisa, las caras felices aun no danzan en mi cabeza, pero tengo muchas de esas caras felices en forma de corazón, solo bailan las luces junto con la música. Osos, dragones y mujeres se pasean, todo es perfecto, simétrico como las estrellas.

Me levanto y dispuesta investigo el lugar, aunque las paredes sean de raspado de vainilla, o más bien son sorbetes de limón, y las ventanas galletas de gengibre. Tarareo una canción mientras meto mis manos en mi abrigo grueso y como algunos dulces de corazones. Me escabullo entre los pasillos para encontrar algo que no conozco, una habitacion secreta. Tiene una ventana y es oscura, es un lugar que puede servir para observar estrellas y hacer retratos, podría quedarme aquí todas las mañanas, o las noches para hacer una escultura de un conejo leyendo un cuento.

por **Gabriel Riggs** Jue Nov 11, 2010 6:46 pm

El Señor es mi pastor; nada me faltará.
Salmo 23

Marqué los días transcurridos en un calendario improvisado, ya era el segundo día en este lugar y esperaba que fuera mejor que el primero o en su defecto al menos igual.
Caminé en silencio con la mirada ida y con los sueños a flor de piel como si fuera un pequeño bebé queriendo expresar algo que nadie entiende.
Deseé con ansias callar esa estúpida voz en mi mente que me impide gritar y correr como un maldito idiota por estos fríos pasillos.

Sentí como poco a poco se me iba congelando el culo y de inmediato pensé que muy pronto mis dedos se convertirían en pequeños trozos de carne, al igual que pequeñas salchichas pero con uña, una sensación de asco y risa me invadió ante la imagen.

La hora no figuraba en mi cabeza, tal vez podía ser que me estaba volviendo menos detallista y me estaba dejando llevar por la sensación de júbilo y “libertad”. Si bien sabía que esa libertad no era algo por lo que se pudiera optar del todo, me quedaba conforme que estaba lejos de todos esos seres pecadores que solían invitarme a sus fiestas infernales.

Dios ¿Puedo disparar y volar la cabeza de alguien?. Sonreí precavido y entré a una de las puertas. Magia en la primera, pesadillas en la última ¿Qué puerta me toca ahora mi señor?

Abrí la puerta y entré. Oscuridad fue lo primero que divisé - ¿Alguien?¿Juan?¿Alejandra?...¿Dios?- pregunté mientras me acercaba a una figura.- ¿Ositos Cariñositos?-

por **Ion Lion** Jue Nov 11, 2010 7:24 pm

Un ruido hizo que volviera y me quedo mirando en la oscuridad, no sé de quién se trata seguramente es un marciano que quiere hacer contacto con los terrestres.
-Bienvenido a la tierra mutante –le digo con una voz tranquila tipo mutante, bueno no sé como son los mutantes, pero intento ser un poco teatrera, mientras sonrío levemente- Soy Robin y no Hood, pero Robin a fin de cuentas… ¿tienes algunos ositos cariñositos? Dicen que en su vientre tienen sabor a éxtasis con limonada y que te hacen viajar al espacio sideral. Je je je –Me acerco un poco mas para mirarle, es suficiente alto, mas alto que yo y le miro el cabello oscuro y su piel bronceada- Hola… gominola…¿Te perdiste en este mundo? ¿Quieres caramelos de corazones?

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